Un amigo me dijo que, por díscolo y necio, su hijo era “la ñeca”; días después otro me dijo que su hija era “la ñeca en matemáticas” porque era excelente en esa materia. ¿Sirve la misma palabra? Álex Mendoza Z., B/quilla

Sirve. Este es un caso de una palabra homógrafa, es decir, aquellas que se escriben igual, pero tienen dos o más significados distintos, incluso opuestos, como en el caso que usted menciona. ‘Homógrafa’ viene del griego homos ‘común o igual’ y graphé ‘escritura’, esto es, ‘la misma escritura’. Pese a que la joven aludida en su pregunta es la ‘ñeca’ en matemáticas, es decir, un as en ese campo, por lo general en Colombia ‘ñeca’ tiene un uso mayoritariamente despectivo, pues equivale a decir que alguien es mala persona, pésimo, lo peor. Dos ejemplos de palabras homógrafas. Uno es ‘Lima’: Capital de Perú; instrumento de acero, estriado, para alisar metales; fruta cítrica. Otro es ‘nimio’, del que el mismo diccionario de la Academia dice que es “algo no material, insignificante y sin importancia”, y, agrega, como segunda acepción, que es “algo no material, excesivo, exagerado”.

Hablando del Rey emérito español, un periodista colombiano mencionó el acoso de este “a su barragana”. Sé que significa la palabra; nunca la había visto escrita… Mery Martino, B/quilla

Es de poco uso. Joan Corominas dice que ‘barragán’ existe desde 1140, la define como ‘mozo, hombre joven y valiente’, y especula con un origen germánico, quizá del gótico barĭka, diminutivo de baro ‘barón, hombre libre y apto para la lucha’. Añade que de ‘barragán’ deriva ‘barragana’, y la define como ‘manceba, querida, concubina, mujer morganática’. Como se ve, es una palabra cuya definición es distinta según el género: elogiosa con el masculino (‘barón, mozo valiente, soltero’), y despectiva con el femenino: (‘manceba, mantenida, concubina’). Aquí una glosa: ‘matrimonio morganático’ era el celebrado por un hombre de alta estirpe con una mujer de condición social inferior, incluso de baja ralea. Era un matrimonio legítimo, pero ni la esposa ni los hijos podían heredar las condiciones de sangre del hombre. Menos frecuentes eran los matrimonios morganáticos entre una mujer noble y un plebeyo.

Alguien al que acababan de presentarme me dijo : “Por favor, repíteme tu nombre de pila”. ¿Por qué ‘de pila’? Aurith Hernández, Bogotá

Porque antaño en el momento en que el cura decía, por ejemplo: “Juan, yo te bautizo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…”, de manera oficial, ante la autoridad eclesiástica, y ante la civil, representada por aquella, se pronunciaba por primera vez el nombre de esa persona. El oficiante solo mencionaba el o los nombres y no los apellidos, y esto acontecía, precisamente, en la pila bautismal, ese elemento pesado, de piedra y cóncavo, que recoge los restos del agua de la ceremonia. En el ámbito hispánico, que ha sido muy religioso, se usa más ‘nombre de pila’ y en otros lugares prefieren decir ‘primer nombre’.

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