P.: Leí La ronda, de Schnitzler. Hace cien años no podía publicarse. Hoy las monjitas lo leen después del rosario. J. Bernal R., Bogotá
R.: El acto sexual entre la prostituta y el soldado, el soldado y la empleada doméstica, la empleada doméstica y el joven caballero, el joven caballero y la dama casada, la dama casada y el marido, el marido y la joven obrera, la joven obrera y el poeta, el poeta y la actriz, la actriz y el conde, el conde y la prostituta. Es este el asunto de La ronda (1897), obra teatral del austriaco Arthur Schnitzler (1862-1931). Sin intención moralizante, el autor muestra el entorno de la alta burguesía vienesa, y a sus personajes como víctimas de su naturaleza débil o indomable y no como infractores de normas decorosas. En diez escenas sucesivas, breves y rápidas, con diálogos llenos de sugerencias sexuales, diez parejas hacen el amor. Un miembro de cada pareja reaparece en el cuadro siguiente y comparte protagonismo con un personaje del sexo opuesto, con el que también consuma el acto sexual. En el que sigue, el reaparecido ya no está, y quien ha permanecido se encuentra con un personaje nuevo, con quien asimismo intimará, y así de seguido. Al resurgir al final, como si de una ronda se tratara, la prostituta cierra con su reaparición esta comedia de enredos sexuales. La negativa a editarla o a escenificarla obedecía a criterios pudorosos de la época.
P.: ¿De dónde sale el dicho ‘está tres quince’ para quien toma licor y no está borracho todavía? Fabio Martínez L., B/quilla
R.: La expresión es ‘estar en tres quince’. Como usted dice, no alude a borrachera, sino a hallarse sabroso, prendido… El Lexicón de colombianismos la registra como costeñismo, pero en un artículo de hace algunos años, Carlos Gustavo Méndez, miembro de la Academia de la Historia de Cartagena, afirma que su origen está en Andalucía –no dice en que población–, en donde “había un bar que anunciaba la venta de tres vasos grandes de vino por 15 céntimos [algo irrisorio], por lo cual era muy concurrido por los beodos, que salían del establecimiento turulatos. Los vecinos decían con burla al verlos: ‘Mira, ese se bebió tres de quince’ [que se transformó en ‘estar en tres quince’]”.
P.: ¿Cuál es la diferencia entre charúa y gandío? Aurith Hernández, Bogotá
R.: Charúa es colombianismo, y gandío deformación de gandido, del verbo anticuado gandir ‘comer’. Son voces sinónimas, con el sentido de ambicioso, interesado, agalludo, y con diferencias sutiles: gandío es un comelón que anhela más comida y más éxitos financieros, y charúa es quien procura sacar ventaja en toda circunstancia. El gran pelotero de la Selección Colombia de béisbol, campeona mundial aficionada en 1965, Wilfrido ‘la Charúa’ Rodríguez, fue apodado así por el locutor Marcos Pérez Caicedo, pues parecía que no le interesaba batear de hit, sino siempre sacarla de jonrón, sin importarle que por esa ambición su número de ponches se incrementara.
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