Me quedo con la pelea y no con la decisión. Desde el reparto de la bolsa, con una diferencia de 10 millones de dólares, entre ‘Canelo’ Álvarez y Gennady Golovkin, se podía hasta intuir quién ganaría en Las Vegas. ¿Por qué más dinero para el mexicano que para el kazajo? Marketing, el efecto mediático. Más mexicanos o mexicoamericanos pagando por ver la pelea. En fin…
Abono y no se puede esconder, la metamorfosis boxística del azteca en el cuadrilátero. En el centro del ring, agresivo, jugándose el orgullo y hasta su carrera. Golovkin, por su parte, con la experiencia en su lomo y con un invicto envidiable, aguantando una ráfaga inesperada, pero aferrándose en su firme jab y su mortal derecha. Arremetió a ‘Canelo’ con un terrible uppercut en el cuarto asalto. Los impactos de ‘Triple G’ hacían más mella en su rival. Eso sí, la esquina del mexicano jamás dejó que el severo corte de su púgil en el rostro dañara el espectacular combate.
Pero insisto. Golovkin fue más, como la primera vez. Mejor estado físico, mejores golpes y mayor inteligencia. Dejó que ‘Canelo’ desplegara toda su furia. Una rabia acumulada desde el positivo que arrojó en un control antidopaje por el anabolizante Clembuterol. Luego, ese ímpetu se fue extinguiendo.
Al final, el ‘espíritu’ de la jueza Adelaide Byrd, quien calificó absurdamente 118-110 a favor del mexicano en el primer pleito, merodeó por el T-Mobile Arena. Esta vez no hubo fallos escandalosos, pero sí equívocos. Las tarjetas: 115-113,114-114 y 115-113. En el boxeo, como es bien sabido, el mejor juez siempre será el nocaut.
Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), habla de una trilogía entre ‘Canelo y ‘GGG’, pero el kazajo tiene 36 años y el otro capítulo no está a la vuelta de la esquina. Y todo apunta a que el canadiense David Lemieux será la primera defensa del azteca.