Hoy es necesario poder replantear la forma de gerenciar empresas de todo orden, especialmente luego del tiempo de pandemia en el que se ha develado la falta de salud mental y emocional de los seres humanos, al enfrentar y responder a pérdidas humanas y materiales, duelos, separación familiar, depresión, apatía, entre otros asuntos, que para algunos han sido motor para activar su resiliencia, resistencia y capacidad de emprendimiento, para otros ha sido motivo para detener su vida, sus sueños, y sus esperanzas. Es cardinal repensar el ser humano en el entorno laboral, debido a la incidencia que tiene la motivación en el desarrollo, y desempeño funcional.

Ante esta situación, no basta mirar las competencias y habilidades solo de los empleados que desarrollan funciones operativas, ejecutivas, sino también hay que detenerse en mirar las competencias del personal directivo, presidencial o gerencial, para que puedan desarrollar a través de su gestión y dirección, no solo las misiones empresariales e institucionales, sino las misiones humanas, y puedan lograrse los objetivos empresariales diseñados a corto, mediano y largo plazo, administrando los recursos presupuestales, técnicos, tecnológicos, sino el recurso o activo más importante: el humano.

Un enfoque gerencial que se impone en el mundo en las empresas exitosas de más de 3.000 empleados es la gerencia de la felicidad, que busca no solo el bienestar de su personal, directivo, operativo, y ejecutivo, sino también buscan generar espacios de plenitud, de placer, de motivación constante que va más allá del concepto del salario emocional, para que como efecto dominó se logre el cumplimiento de metas y con ellas el crecimiento empresarial, a través del incremento de la productividad y rentabilidad en las ventas, bienes o en los servicios prestados, todo esto fidelizando a sus empleados.

¿Cómo impactar positivamente el ambiente laboral, y al mismo tiempo la productividad ?

Para responder con asertividad debe contextualizarse a los tiempos en que nos encontramos, pues hoy ya no tiene el mismo significado y efecto la gerencia desde modelos tradicionales, la felicidad es un concepto que ha peregrinado de lo emocional o anímico, a lo productivo y económico . Por ello los gerentes deben ser “gestores de la felicidad” en el escenario laboral, para combatir los efectos que hoy sigue dejando la pandemia, mimetizar las relaciones verticales, generar una cultura saludable y sustentable para la empresa, donde concurran los valores empresariales con los valores humanos y habilidades blandas de los empleados que ayuden en un mejor tratamiento de las crisis y riesgos.

La  felicidad organizacional no debe verse como una opción, forma de innovación gerencial,  moda, o peor aún como un eslabón de debilidad gerencial, sino como medular en la columna vertebral empresarial, es una estrategia o plan  de marketing  hacia el interior y no solo al exterior, donde los destinatarios son los empleados y no solo los clientes en sus diferentes segmentos. 

La gerencia de la felicidad impulsa efectivamente el crecimiento empresarial a través del desarrollo humano de sus empleados, derivado de los conceptos de bienestar, salud física, y emocional; con ella se fideliza hacia el interior y no solo al exterior de la empresa. El mundo viró con nosotros; por tanto es necesario darle una re-significación a los procesos humanos, entre ellos los procesos gerenciales, las formas y métodos de administrar, conducir y liderar seres humanos.

*Decana de la Facultad de Humanidades y Ciencia Sociales de la Institución universitaria Americana de Barranquilla.