Reconocer las dificultades para establecer de forma urgente el plan de vacunación nacional deja claro que no solamente es tener las vacunas, que ya de hecho ha sido el primer escollo en perspectiva de superación, se viene la implementación de a quiénes, cuándo y cómo, aplicar vacunas, que gracias a la ciencia se han implementado en tiempo récord. Pero las vacunas tienen dueño, son comerciales, cuestan enormes sumas de dinero, y los gobiernos hacen rápidamente inversiones que no estaban presupuestadas.
Basados en la experiencia de cada país, y conociendo que aún en muchos años no se han logrado cubrimientos totales, como es el caso de la influenza. Así, en Colombia se presentan por el Minsalud coberturas de vacunación no precisas para influenza Colombia 2018 en población de 60 años y más, y en personas con condiciones persistentes de enfermedades crónicas, para quienes más se deben aplicar, no son precisas después de su implementación desde el 2008. A pesar de que de acuerdo con el documento Lineamientos para la Vacunación contra Influenza Estacional - CEPA SUR 2019, “esta responsabilidad es de las Empresas Administradoras de Planes de Beneficios –EAPB–, o EPS, garantizar la vacunación de su población afiliada y a cargo, de manera gratuita, oportuna y en su municipio de residencia, que incluye los regímenes contributivo, subsidiado, especial y de excepción, así como de las entidades territoriales a cargo de la población pobre no asegurada y sin identificar. Es también responsabilidad de las EPS o EAPB, o de las entidades que hagan sus veces, garantizar el acceso y la administración de los biológicos del PAI, suministrados por el Ministerio de Salud y Protección Social, según las normas técnicas aplicables, y demás normatividad vigente, en beneficio de la población colombiana”.
De ahí que por Ley, corresponde a estas entidades cumplir con sus obligaciones vigentes, en vacunación, bajo el direccionamiento de Minsalud y las entidades territoriales. Con la llegada de la vacuna contra la covid-19 y al contar con la posibilidad de su utilización, y el cumplimiento de los debidos procedimientos, los resultados a esperar serán buenos.
Las expectativas son muchas, y lo que se quiere es que este plan de vacunación cumpla con ellas. La organización es definitiva para obtener los mejores resultados, y ayudar a detener el crecimiento de la covid-19 en el mundo en general, continuando con el cumplimiento de las medidas ya conocidas, de lavado de manos, uso del tapabocas, distanciamiento, y demás ya comprobadas.
El primer paso es buscar una demanda para justificar los esfuerzos, y esta solo se logra convenciendo a los ciudadanos de los grandes beneficios no solo personales sino para toda la población, información y educación. En segundo plano, está el ofrecer la mayor seguridad en el manejo de la vacuna y un acceso con las mayores facilidades a la atención por un personal bien entrenado, que sume todas las capacidades con las que cuenta el país.
Se necesita entonces una buena planeación, una participación ojalá total de la población, y un cumplimiento de las EAPB o EPS de sus obligaciones. La suerte está echada, y solo aquel que se coloque la vacuna estará protegido, los que no se la apliquen quedarán indefensos a cualquier situación de contagio, a su evolución impredecible, y a la inducción de contagios de sus familiares, amigos y demás.