La oportunidad de cambio para una población viene de sus gobernantes y de sus gobernados, cada pueblo tiene lo que quiere.
Más de veinte años viviendo en Puerto Colombia, a solo unos metros del mar Caribe, respirando aire puro, hasta que la construcción desordenada de edificios y calles, sumado a un permanente mal manejo de recursos, amenaza con acabar con este pulmón de Barranquilla, cambiar el aire puro por ladrillos y vías insostenibles, terminará en un tiempo no lejano, con las riquezas que la naturaleza nos dio.
Allí en ese sitio adonde los fines de semana llegan miles de personas a disfrutar de todas sus bellezas y condiciones, tenemos que decir que la hora de cambio para este municipio histórico de Colombia, puerto principal, por donde entró la cultura, los adelantos tecnológicos y científicos, debe llegar lo más pronto posible. Todo esto lo tenemos que defender.
Se necesita alguien que quiera el municipio, sea honesto y capacitado, que proyecte lo que quiere su comunidad, y que tenga el valor y el coraje para desechar los que quieran vorazmente acabar con las finanzas, recursos y belleza de este municipio.
Candidatos hay para escoger, promesas muchas, propuestas demasiadas, pero aquel en quien confiar los destinos de este pueblo solo será uno, que no tenga malos antecedentes, que lo caractericen como uno más de las huestes que han hecho del municipio su propia casa o fortín político.
Esperamos una cara nueva que resolvió lanzarse al fuego, a dejar en parte sus aficiones, su trabajo, para como buen ciudadano darle algo a ese sitio en donde por años ha vivido. Aquel Capitán que honestamente ha vivido de su trabajo, busca que lo secunden y acompañen las personas de bien, que debemos ser más que las que siempre tienen en su mente la maldad, el desfalco, la violación de la ley, y el sentido contrario de lo que quiere la comunidad, que al fin es la dueña de la decisión final.
Con mis respetos para los demás candidatos, mi voto es por Edwin Rodríguez, quien considero cumple las condiciones para sacar adelante el viejo puerto. Los que compitan deben llenar estos requisitos, para quien en franca lid gane, coloque a esta población en el puesto que se merece, que se organicen respeten los medios de comunicación, las vías y el transporte, lo mismo que impulse los sistemas educativos, públicos y privados estos crezcan y sean modelos en su campo, que la salud sea eficiente, que los derechos de los ciudadanos sean respetados, que mejore el desempleo y disminuya la pobreza. Mejore la seguridad, y que vuelva a colocarse a Puerto Colombia como la tacita de plata que no se puede perder, y que las nuevas generaciones vean que sus padres, si se han preocupado por conservar lo que la naturaleza y la bondad de Dios nos dio como un enorme regalo.
Vivir en Puerto Colombia no es un derecho, es un privilegio.
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