Los gastos, deben ser invertidos en las personas, sanas y con enfermedades, con mejores resultados con la prevención y la promoción de la salud. Tratar de llegar a quienes más nos necesitan a las zonas apartadas, poblaciones de bajos recursos, con enfrentamiento a las urgencias, violencia y, principalmente a la corrupción. Acabar con tanta burocracia y apoyar las investigaciones, que busquen resolver los grandes interrogantes que nos rodean, para mejorar las condiciones de aquellos, que sufren, cada vez que les roban, lo que más necesitan, la salud.
Solo deben recibir un ingreso quienes se hayan formado en las actividades sanitarias, incluyendo médicos, enfermeras, odontólogos, tecnólogos, administradores y todo aquel que ayude a mejorar las condiciones de salud de las personas, con diferentes niveles de formación. Los empresarios en salud, acostumbrados a recibir grandes retribuciones, deben recibir en forma justa, pero sin estar por encima de las proporciones. El gobierno actual, no lo podría hacer, sin incluirlos en algo que vienen participando en forma desmesurada y, quienes quieran acompañar la participación en salud, deben respetar los conceptos de humanidad, solidaridad, equidad, respeto por los conocimientos científicos y la evidencia mundial, de los conocimientos, con evidencia y ética, principios ineludibles, para tomar cualquier nuevas y buenas decisiones, para de esta forma, equivocarnos menos en las conductas y recomendaciones.
Respetar los principios de una medicina seria es prudente. Ejercida con respeto, honradez y manejo humanitario por las personas, sin distingo de género, razas, religiones etc. Con las consiguientes consideraciones de condiciones que aumentan las necesidades de las personas, embarazo, niñez, tercera edad o personas con enfermedades huérfanas o especiales.
Si seguimos perdiendo el tiempo entre gobierno, empresa privada, pacientes, y trabajadores de la salud. Al lado de los condicionantes de la salud, educación, empleo, control del medio ambiente, migraciones, violencia etc., no lograremos mejorar las condiciones francamente deterioradas en los últimos tiempos.
Los recursos que tenemos los debemos utilizar muy bien. ¿Nos preguntamos, si con una unidad por capitación de $ 1.256.076 en el régimen subsidiado y 1.444.086 en el contributivo x año x paciente, a lo que le agregamos el valor ajustado por presupuestos máximos, será suficiente para que las Empresas Promotoras de Salud, EPS, cumplan con una buena atención a sus afiliados?
No necesitamos saberlo todo, “doctores tiene la Santa Iglesia”, economistas, financieros etc. Tenemos una historia de gastos, ingresos y progresión de afiliados, con mayores solicitudes, a lo cual, hay que adicionar, la reciente pandemia de la covid-19, todavía con serias repercusiones, y una gran población de migrantes. Difícilmente, podría alcanzar este presupuesto para tanta gente, sin la participación privada actual, que es alrededor del 70%.
Se nos queda por fuera la calidad de la atención, dependiente en gran parte de los trabajadores de la salud, que debemos correr con las grandes responsabilidades del paciente, con retribuciones indignas. La invitación a la marcha de las batas blancas es una iniciativa reciente, la cual debemos acompañar, todos, los que en el momento no estemos satisfechos con la situación actual de salud.