La aprobación por la Asamblea de un nuevo Modelo de Salud en el Departamento es una prueba de la necesidad del cambio, para mejorar las condiciones actuales. Es de esperarse que su organización y desarrollo en los próximos años traiga grandes beneficios, de acuerdo con los esfuerzos que se tendrán que realizar. Ningún país, aún los más adelantados, tiene un sistema perfecto, tratar de satisfacer únicamente al usuario, aunque es uno de los puntos más importantes, no puede separarse de la proyección científica para mejorar la calidad y el cubrimiento de los afiliados.
La salud en Colombia es un derecho, y el Estado es responsable de su aplicación. Sin embargo, no se puede negar la necesidad de cada uno de protegerse con el autocuidado, y la afiliación al sistema actual, el cual, en medio de grandes defectos, tiene sus ventajas y desventajas, con cuantiosas asignaciones del presupuesto nacional y regional, no es fácil determinar el costo beneficio de las modificaciones que se hagan, pero lo importante es mejorar la administración de los recursos con claridad y destinación a quienes más lo necesitan.
La reestructuración de hospitales, se ha realizado en varias ocasiones, asistí hace algunos años en su parte inicial, viendo que en la actualidad fuera de los pacientes, que reciben un mal servicio, de baja calidad y oportunidad son los trabajadores de la salud quienes llevan del bulto, con retraso en pago de sus salarios, los cuales continúan siendo subvalorados.
El mal conocimiento de las personas en su estado de salud o enfermedades, es decir una medicina preventiva que no funciona adecuadamente, deja una salud pública al libre albedrío en una población con restricciones en servicios vitales como el agua, la energía eléctrica, la alimentación y mucho menos la vivienda, estos elementos tan deficientes impulsan a una forma poco digna de un ser humano, a lo que se le suma el déficit educacional y el desempleo.
Como muchos países atropellados por la pandemia, la brecha ha aumentado, haciendo los países pobres más pobres y los ricos más ricos. Ante la falta de definitivos planes de salud, ligado a los elementos actuales necesarios para una buena salud, los nuevos modelos regionales podrían ser muy importantes, pero necesitan fortalecer rápidamente los prestadores y servicios, y esa red no existe en el momento y por lo contrario ha sido diezmada, por constantes procesos de corrupción ya ampliamente conocidos, con tercerización que dificulta la salida a un modelo de prestación de servicios.
Para quienes vemos prácticamente los toros desde la barrera, seguimos observando grandes intereses políticos algunas veces en conflicto, y resultados ni siquiera medidos en el tiempo. ¿La nueva ESE departamental en el Atlántico, será capaz de suplir las actuaciones de los hospitales que van a liquidación? La interrelación privada seguirá siendo necesaria, porque no hay una fortaleza de servicios de calidad. ¿Qué va a pasar con Las EPS o EAPB, intermediarias de servicios grandemente cuestionadas? ¿Cómo será el sistema administrativo? ¿Alcanzarán suficientemente los recursos actuales?
Ojalá, las cuentas estén bien sacadas para cubrir los gastos, y las inversiones necesarias. ¿Qué estadísticas tenemos? ¿Qué quieren los más necesitados? ¿Qué conocimientos hay de las enfermedades prevalentes, y el futuro de otras epidemias y endemias en curso?
Les deseo a los líderes de este nuevo Modelo de salud, como habitante del Departamento y profesional de la salud, los mayores éxitos. Solo nos falta recomendar que es útil involucrar y determinar las poblaciones necesitadas, para tratar en forma eficiente de resolver sus principales problemas.