La falta de educación en salud de líderes mundiales constatada por sus errores con la llegada del reciente coronavirus, ha sido un aspecto negativo en la evolución de la pandemia. Grandes líderes como Trump, Bolsonaro y una larga lista de políticos y personas influyentes en las actuaciones de las comunidades han estado algunos en contra de la vacunación, otros en contra del tapabocas, y una gran cantidad de opinadores sin formación científica.

Errores científicos también ha habido, desde la Organización Mundial de la Salud, hasta otros de quien se esperaba una mayor participación. La demora en tener elementos definitivos para el control de la epidemia se ha visto desde los países más adelantados hasta los más pequeños. Comunidades enteras han luchado bajo la ignorancia utilizando conceptos totalmente equivocados.

Mientras tanto, la diferencia existente en el comportamiento de los pacientes, que diariamente consultan, ha mostrado un gran número de cambios a través de los medios de comunicación electrónicos, televisión, Internet, celulares y otros. Como Google, con productos y servicios con uno principal, motores de búsqueda, pero también con utilización de correos electrónicos, mapas, YouTube, páginas web, libros, noticias y el más importante, las redes sociales. La construcción colectiva de saberes con la coparticipación de los miembros de la comunidad, conocido en la antigüedad como el constructivismo sociocultural, que tuvo sus raíces en las propuestas de Lev Vigotsky, planteó, que la persona aprende cuando se relaciona con su entorno a través de la influencia que ejercen otros individuos, ya que el conocimiento se encuentra en la interacción de los miembros de una comunidad de aprendizaje y no solamente en la persona.

El desarrollar un sistema influyente propositivo, a partir de un conocimiento científico claro, podría ayudar a convencer y a sacar de sus equivocaciones a un alto porcentaje de las comunidades que sin ningún tipo de formación ha salido a las calles sin controles de distanciamiento, uso de tapabocas, lavado de manos o uso de alcohol sanitario. Pero se necesita como medio de enseñanza el ejemplo, de las autoridades, del gobierno, de los grandes líderes y personajes, guiados por los conocimientos científicos evidentes, que aplicados ayudarían enormemente en el pronosticado rebrote, cuyas consecuencias son impredecibles, en poblaciones diversas, infectados, vacunados o inmunosuprimidos, no infectados y no vacunados.

Se salva el que sepa nadar, se ahoga quien no sabe, enseñémosles a todos a nadar, en forma urgente, y tendremos los resultados que queremos. No entregar el pescado sino la caña de pescar.

Organizar los niveles para aprender y enseñar, comprometer a los líderes, y diseñar un programa completo para lograr una formación en salud necesaria de las comunidades, en todos los niveles y lugares. No podemos perder un minuto más, la educación en salud nos puede salvar.