La mortalidad por el coronavirus, perdida más grave, la incapacidad que ocasiona la enfermedad y su obligatorio aislamiento, y la necesidad de medios costosos, hospitalizaciones, algunas en unidades de cuidados intensivos, las secuelas que ocasiona la enfermedad, aunque en número reducido, y las graves afectaciones de los núcleos familiares, agregado a los largos días de cuarentena han dejado en menos de un año una gran cantidad de contagiados en el mundo 38.5 millones y más de un millón de muertes. En Colombia 930.159 contagiados, que están distribuidos en los 32 departamentos del territorio nacional. Bogotá 291.544 personas contagiadas, siguen los departamentos de Antioquia con 136.455, Valle del Cauca con 71.083, Atlántico con 69.293 y Cundinamarca con 37.284, la cifra de fallecidos está en 28.306 con 83.085 casos activos.
En emergencia sanitaria hasta el próximo mes de noviembre, y todavía en fase de aislamiento selectivo, medida dependiente de alcaldías y gobernaciones, distanciamiento responsable, separación de dos metros, uso de tapabocas, lavado de manos. Permanecer en la casa, el mayor tiempo posible, no asistir ni promover reuniones mayores de seis personas. Cumplir y respetar las normas de bioseguridad. Todo esto se encuentra en muy bajo cumplimiento, lo que nos deja abiertas la puerta para un rebrote. Es decir la Covid -19 no se ha ido, y podríamos volver a una situación difícil.
Si las muertes por coronavirus y sus devastadores efectos continúan, nos podremos ir nuevamente a una cuarentena, las medidas ya tomadas, con el fin principal de organizar el sistema de atención en salud, deterioraron gravemente el empleo y la recuperación financiera que traía un país devastado por sus propios hijos, narcotráfico, violencia, corrupción, falsas noticias, déficit científico y académico. Así, continúan las aglomeraciones, las marchas, las mingas y, en general, el desorden de las comunidades. Los grandes esfuerzos hechos por el Gobierno han sido insuficientes, da temor que el remedio se pueda volver peor que la enfermedad, la economía debe mejorar la calidad de vida de las personas, para sobrepasar no solo la Covid -19, sino también las otras enfermedades que nos afectan, logrando recuperar la capacidad de trabajo, y enfrentar sanos, las dificultades que nos han llevado, como a muchos otros países, a condiciones de una pobreza monetaria, y absoluta, que requiere que todos los grupos o partidos políticos se olviden de pensamientos mezquinos, para que en una forma global todos participemos en el emprendimiento necesario que impida llevarnos a una cuarentena que podría ser desastrosa no solo en salud, sino también gravemente en gran medida en el ámbito financiero, “pasándole una factura al aislamiento para enfrentar la crisis de $ 31 billones al PIB en primer semestre”, (El Tiempo). Simultáneamente de luchar contra el coronavirus, tenemos que disminuir rápidamente los niveles de pobreza. La pobreza es la peor compañera de la enfermedad.