Cuatro destinos de Colombia acaban de ser galardonados como los mejores de Suramérica en la 31st versión 2024 de los World Travel Awards, que reconocen la excelencia en el sector turístico alrededor del mundo: Barranquilla (por sus festivales), Bogotá (pluriculturalidad y dinámica), Cartagena (por su estilo romántico) y San Andrés (por sus playas paradisíacas).
En la categoría de Resorts, fue nominado el hotel On Vacation Wayira Beach, ubicado sobre la playa de Mayapo en La Guajira. En esa categoría el ganador fue el Decamerón Aquarium de San Andrés.
Con esta nominación La Guajira se asoma e intenta meterse tímidamente entre los destinos más reconocidos de Suramérica y del mundo. Indudablemente tiene el potencial para serlo, pero aún hay que trabajar con persistencia para lograrlo. De hecho, muchos extranjeros, especialmente europeos y americanos, la visitan ya.
El mejoramiento de los servicios del sector turístico de La Guajira, del cual obtienen su sustento muchas familias, debe ser una prioridad inexcusable. La ubicación geoestratégica de La Guajira tiene un enorme potencial, de gran valor para el país y la región, que les ofrece oportunidades únicas de desarrollo, que desafortunadamente, el gobierno nacional ni el departamental han sabido aprovechar y explotar apropiadamente.
La seguridad de los turistas es un aspecto clave en el que hay mucho por trabajar. Sin seguridad de nada servirán las sui géneris características geográficas, culturales y sociales, con paisajes indescriptibles y playas paradisíacas, las artesanías y danzas ancestrales y la deliciosa gastronomía con las que cuenta La Guajira, que la convierten es una tierra exótica que despierta un inusitado interés por visitarla, tanto en turistas nacionales como internacionales. Ahí radica su enorme ventaja comparativa y su gran potencial.
Es de suma importancia implementar una exitosa estrategia preventiva, que, por supuesto debe liderar la gobernación de La Guajira, a través de la dirección de turismo, y la secretaría de asuntos indígenas, en coordinación con las autoridades militares y de policía. Por supuesto que el gremio de operadores turísticos e inversionistas, las organizaciones y comunidades indígenas, con sus autoridades tradicionales a bordo, tienen un rol protagónico clave para lograr este propósito.
Lo anterior debe complementarse con acciones orientadas a crear una cultura de acogida agradable al turista, mejorando la actitud de servicio y fortaleciendo la calidad de la infraestructura y de los servicios turísticos, para lo que el apoyo del gobierno nacional es determinante. Entre otros tantos, el proyecto de la Marina en la ciudad de Riohacha, que ahora se encuentra estancado, pero que es muy necesario para potenciar el turismo internacional, es solo un ejemplo de ello.
Sin dudas, esta es una ruta que contribuirá a reducir las brechas sociales y económicas que tienen alta incidencia en la pobreza y la desigualdad en este territorio.
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