Hace pocos días un amigo y persistente colega, con quien solemos analizar el devenir de La Guajira y las consecuencias que tendrá el fin de la era Cerrejón en las comunidades indígenas y en la sociedad de este necesitado territorio, me sugirió compartir con los amables lectores algunas de nuestras reflexiones, las que sin quererlo están sometidas a la insoslayable limitante del espacio.

En una primera aproximación a la poco practicada empatía, nos ubicamos en el rol de un empleado cualquiera de Cerrejón y nos invadieron muchas preguntas abrumadoras: qué pasará si no tiene un trabajo como el que tiene, o alguno similar?, cómo va a obtener los ingresos que le permitirán llevar el sustento a su hogar?, cómo va a pagar la cuota del préstamo o el arrendamiento de la vivienda?, quien le va a prestar dinero en caso de necesidades súbitas?; por obvias razones las organizaciones de economía solidaria con créditos baratos, creadas por los trabajadores, como Fondecor y Cootracerrejón ya no existirán.

Y cómo satisfará las necesidades de salud si ya no tendrá la opción de un buen plan de salud, con la EPS de su libre elección y los magníficos servicios complementarios de medicina prepagada?, y cómo pagará la educación de sus hijos en universidades de su preferencia, aun en las más costosas, si ya no tendrá los altos auxilios y becas para estudios universitarios?

Qué pasará con la economía popular? Es muy probable que el dueño de la tienda de la esquina no continúe fiando, o tal vez cierre el negocio al no tener ya los buenos clientes que eran los empleados y contratistas de Cerrejón. Y qué será del vecino que tiene su carrito de transporte para prestarle servicios al contratista de Cerrejón?, qué pasará con los hoteles y casas de hospedaje donde residen los contratistas que le prestan servicios a Cerrejón? probablemente cerrarán, dejando sin empleo a muchas personas que los atienden.

Cómo enfrentarán su futuro los trabajadores wayuu que crearon una exitosa cooperativa para prestarle servicios a Cerrejón?, qué pasará con los restaurantes y el vendedor de arepas y fritos en las estaciones de buses?, con el mototaxista que vive del transporte de personas hacia las puertas de ingreso de Cerrejón?, y qué pasará con el señor del taller de reparación, y en general qué pasará con los múltiples negocios y emprendimientos montados alrededor de la operación de cerrejón?, cómo reemplazarán el tren que le lleva agua potable a las comunidades indígenas?

Ah y qué pasará con nuestros políticos y gobernantes territoriales?; alguno de ellos habrá reflexionado sobre el tremendo impacto que causará la ausencia de Cerrejón en la calidad de vida de los guajiros y sobre cómo compensar esta preocupante situación?