Al avecinarse la temporada de vacaciones es imprescindible volver a tocar el tema de las tarifas aéreas para destinos tanto nacionales como internacionales, en donde las aerolíneas, todas, dentro del país, se salieron de límites y se desbordaron en toda clase de precios al no existir una reglamentación por parte del gobierno nacional en este sentido. El caso ya ha pasado de leve a abusivo porque algunas de estas aerolíneas ya se sobrepasaron hasta el extremo de que sobre todo lo imaginado están cobrando excedentes demasiados abusivos según lo expresan miles de ciudadanos. Obviamente muchos por necesidad, otros por gusto de salir de vacaciones, se abstienen de protestar o reclamar pues no tienen otras alternativas.
Hace un año aproximadamente en estas mismas columnas relatamos el caso de un despachador en el aeropuerto Ernesto Cortissoz de una aerolínea muy conocida nuestra, que cuando un amigo con su familia llegó al despacho para tramitar su salida de esta ciudad con el Counter el despachador le manifestó que tenía que pagar diez dólares por cada persona para poder expedir el pase de subir a bordo Boarding pass. No se le aceptó a mi amigo el lógico reclamo de que él ya estaba “chequeado” en pantalla desde su casa. El resultado fue que al expresar disgustado el conocido nuestro que hablaría con el Gerente, enseguida el despachador con desdén manifestó : “Bueno déjelo así por hoy”. En este caso propio de una decisión del departamento de ventas de la aerolínea o del departamento de ventas personal del despachador?.
Es absolutamente necesario que el gobierno nacional reglamente las tarifas aéreas como lo hacen los gobiernos de todos los países. Aquí nuestra legislación en este sentido es mínima y hay una libertad absoluta para que las transportadoras cobren por la silla a ocupar en el avión, por la maleta y sus diferentes tamaños, por los objetos llevados a la mano y otros detalles más. Esperamos que en un futuro próximo no comiencen a cobrar por derecha para ir al baño del avión, por una revista o una almohada. Porque ya ni un café brindan las azafatas. Ojo con estas decisiones porque ya son cientos de personas que comentan que están reemplazando al avión por buses climatizados cuando las distancias lo permiten. El negocio aéreo como todos los negocios tiene sus límites y el abuso es de las primeras decisiones que se tienen en cuenta para incidir en las clientelas. Vecinos como en Latinoamérica Argentina, Chile, México y Brasil tienen un régimen fuerte de control en este sentido. ¿Por qué Colombia no entra en esa onda?, ¿Acaso no podría reforzarse así la clientela?.