No exagero, porque en el trayecto de Barranquilla hacia Sabanalarga viajando en los medios de transporte intermunicipal, si uno se pone de generoso con todos los vendedores ambulantes que se suben en estos medios, uno termina pagando el doble del pasaje estipulado.

Con este relato quiero resaltar dos cosas; la primera es, reconocer la tolerancia de los conductores con cada uno de ellos que se suben a echar su retórica “parla comercial devocional” para persuadir la caridad de los pasajeros.

El dato secundario no es menor para dar mi opinión de cómo viene, y cómo va el país en materia económica, y es que, yo no necesito el dato estadístico del Gobierno Nacional para saber si la situación de la gente de a pie viene mejorando o empeorando.

No hay asomo de engaño ni favoritismo, porque yo siendo un pasajero de antaño en este medio de transporte, la situación del rebusque en nada ha mejorado desde los gobiernos de: Samper, Pastrana, Uribe, Santos, Duque, y hasta este de izquierda de Gustavo Petro.

Yo, aunque hoy tengo un medio vehicular particular familiar para movilizarme de la capital del Atlántico hacia mi lugar comercial en Sabanalarga, por otras circunstancias, me sigo movilizando desde mi edad de infante por estos medios de movilización pública intermunicipal.

Conozco de primera mano esta carente informalidad laboral de nuestra gente caribeña, los veo bajarse de cuanto conductor le brinda el espacio en su bus para mostrarnos su precaria situación social ofreciendo la venta de un dulce, o de un arte urbano.

“Leo la Biblia y por eso pienso que me voy a recuperar”, y esta es una estrofa de una canción de Diomedes Díaz; y lo hizo canción en medio de una grave enfermedad que padecía; ante este caso prehistórico de la informalidad de nuestra gente que me agobia en cada ida y venida, escucho la segunda lectura del Evangelio de hoy en Isaías 41:11-15, y me lleno de una esperanza compartida para no claudicar en mi crítica como librepensador que soy.

Por otras penurias sociales de inseguridad, un amigo comerciante me comentaba que está siendo hostigado por la delincuencia a pagar la extorsión, sin embargo, ante el inminente riesgo, él valientemente se afirma en no pagarles un solo peso.

Esto sucede en la “capital de la vida”, porque así es el eslogan de la administración distrital de Barranquilla en manos del alcalde Alejandro Char, en esta ciudad que no escatimamos elogios por el progreso de su infraestructura urbanística, pero es la más azotada en la extorsión criminal al comercio.

Analizando estos dos temas de la afligida informalidad, y además la inseguridad regional y nacional que azota al comercio ante la criminalidad extorsiva, ahora que se vienen las elecciones presidenciales año 2026, invito a la ciudadanía a reflexionar con juicio crítico las propuestas de los precandidatos; yo oigo sonar un “Plan Guardián para la Seguridad Nacional”.

Ahora le adicionan una “calculadora virtual” para evaluar la corrupción en la administración pública en el país", y con este método saber cuánta plata destinada a la gente más pobre, los carnívoros de la corrupción se roban sus oportunidades sociales.

En el Evangelio del día 11 de diciembre donde inicia la Palabra de Dios en Isaías, antes mencionado, se cierra en Mateo 11:11-15, refiriendo que: “el Reino de los cielos sufre violencia, y los violentos -redimidos en Cristo- lo arrebatan”.

Julio De la Hoz