Como es recurrente en época decembrina, ya se inició el proceso de discusión -que no de negociación- para definir el incremento anual del salario mínimo legal que comenzará a regir a partir del primero de enero del próximo año.
Legalmente existen los mecanismos que permiten cumplir técnicamente con ese propósito, uno de ellos es la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, cuya responsabilidad principal es definir el nuevo salario mínimo. Según la ley esta comisión es un espacio de diálogo tripartito en el cual participan representantes del gobierno nacional -liderados por el ministro de trabajo-, las centrales sindicales de trabajadores y los gremios empresariales, que cada año generalmente sigue un libreto establecido, con unos tiempos definidos, a lo largo de 2 semanas. Existen, además, dos variables técnicas y objetivas que son fundamentales para facilitar la labor de esta Comisión: la inflación y la productividad laboral.
Los sectores sindicales siempre aspiran a incrementos con varios puntos porcentuales por encima de la inflación causada; en esta oportunidad están solicitando un incremento del 16%. Es muy importante buscar el equilibrio entre el poder adquisitivo de los trabajadores y la sostenibilidad de la competitividad empresarial. El nuevo salario mínimo debe ser, entonces, una decisión técnica y responsable que evite afectar las variables macroeconómicas.
Existe la tensión entre un aumento netamente técnico y el interés por un “salario digno”, o mucho más alto, que estimule un mayor consumo, pero con el riesgo de generar inflación o más informalidad. Varios expertos -entre ellos el Banco de la República- han insistido en que un incremento alto encarecerá los bienes y servicios, en especial los de las empresas pequeñas y medianas, y en los sectores intensivos en mano de obra, incrementando la inflación, que como se ha dicho es el peor de los impuestos.
A pesar de lo anterior, el presidente Petro mencionó su interés en un aumento sustancial del salario mínimo, a manera de despedida, por ser el 2026 el último año de su mandato. El ministro de trabajo ha hecho alusión a un regalo de navidad para los trabajadores. Por su parte, los representantes del sector empresarial se muestran escépticos y no creen en una posible negociación si el gobierno ya tiene definido el incremento.
Todo indica que habrá decreto presidencial para el incremento del salario mínimo, sin importar la razonabilidad de los argumentos ni las consecuencias.
@AELopezP


