En el mercado inmobiliario de oficinas del país, tal como lo anuncia JLL, el debate mundial ya no es «volver o no» a la oficina, sino cómo hacerla atractiva en un modelo híbrido.
En América Latina la recuperación de la demanda de espacios corporativos coincide con una clara preferencia por la calidad: se observa un flight-to-quality donde edificios nuevos, sostenibles y con amenidades modernas concentran la mayor parte de la demanda.
En Barranquilla estas tendencias se reflejan en los números. Según Colliers, la tasa de disponibilidad de oficinas corporativas fue de 7,30% al cierre del segundo trimestre de 2025, 1,99 puntos porcentuales más que en el mismo periodo del año anterior. Este índice equivale a unos 18.333 m² de oficinas disponibles en la ciudad. Aunque la absorción neta continúa negativa, la liberación de espacios se ha desacelerado frente a 2024, lo que sugiere una posible estabilización del mercado.
Ese frenazo en la liberación de espacios tiene una explicación clara. Las empresas necesitan sedes que les ayuden a atraer talento, fortalecer la cultura y ofrecer experiencias que la virtualidad no brinda. Y eso solo lo logran los edificios que han entendido la nueva lógica del trabajo. En Barranquilla, proyectos como Blue Garden, Buro 51, Green Towers o Atlántica Torre Empresarial ya ofrecen entornos más flexibles, coworking, zonas colaborativas y mayores facilidades para los empleados. A esto se suman nuevas apuestas como B53 Business Hub, Vive Río, Vetta Tower, Américas 4 Business Center y la Torre Empresarial Le Meridiem, que reflejan la consolidación del modelo.
En otras palabras, Barranquilla sigue reajustando oferta y demanda, pero lo hace más lentamente, lo cual puede interpretarse como un paso hacia la normalidad tras los sacudones de la pandemia. Para atraer empresas y talento en este escenario, se intensifica la demanda por calidad. Varias firmas han destacado cómo la experiencia del usuario y las amenidades se han vuelto factores clave bajo esquemas híbridos.
En efecto, el mercado se divide: los edificios premium muestran alta ocupación, mientras que los inmuebles viejos corren riesgo de volverse obsoletos. Como advierte el informe de JLL, “la calidad, la ubicación y la experiencia” del espacio de trabajo se han vuelto determinantes para atraer y retener talento en el nuevo modelo híbrido.
De cara al futuro, el reto para Colombia y Barranquilla será adaptar su parque de oficinas: modernizar o reconvertir los edificios tradicionales y seguir promoviendo desarrollos sostenibles y flexibles.
* Directora ejecutiva Corporación Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla


