Vivimos en una era hiperconectada en la que la información fluye sin pausa. Con solo deslizar el dedo en una pantalla podemos enterarnos de todo lo que ocurre en el mundo: guerras, crisis políticas, catástrofes naturales, violencia, inflación y hasta tragedias personales compartidas en redes sociales.
Esta adicción de consumir noticias negativas de manera compulsiva se conoce como doomscrolling, y aunque parece inofensivo (“solo estoy leyendo lo que pasa”), lo cierto es que puede tener un fuerte impacto no solo en la salud mental individual, sino también en la vida en pareja.
¿Qué es el doomscrolling?
El término describe la conducta de pasar largos periodos revisando noticias y publicaciones negativas, generalmente en redes sociales o medios digitales. Según investigaciones citadas por la revista National Geographic y diversos estudios de neuropsicología, este comportamiento activa de manera constante la amígdala, el “centro de alarma” del cerebro. Al percibir peligro, esta envía señales al hipotálamo, que desencadena la respuesta fisiológica al estrés.
El problema no está en informarse, sino en hacerlo de manera repetitiva y obsesiva. Al mantener el sistema de alerta encendido todo el tiempo, el organismo no descansa.
¿El resultado?
Insomnio, pensamientos intrusivos, sensación de amenaza constante y una fatiga emocional que termina erosionando el bienestar personal y relacional.
¿Cómo afecta la salud mental?
Cuando una persona se expone a este ciclo de noticias negativas día tras día, su sistema de recompensa cerebral se desgasta. Las actividades que antes generaban disfrute (salir a caminar, leer juntos, reírse de un chiste, tener una cita) ya no producen la misma satisfacción. Esto puede traducirse en apatía, irritabilidad y menor disposición para compartir momentos significativos.
¿Cómo afecta la vida de la pareja?
-Distanciamiento emocional: la atención se centra más en la pantalla que en el compañero de vida.
-Mayor irritabilidad y conflictos: el estrés acumulado se descarga en discusiones por asuntos menores.
-Pérdida de intimidad: el cansancio mental y la falta de disfrute afectan tanto la comunicación como la vida sexual.
-Sensación de inseguridad compartida: si uno de los dos vive en estado de alerta constante, transmite ansiedad al otro, creando un ambiente de tensión.
El doomscrolling nos atrapa porque nos proyecta constantemente hacia un futuro incierto y lleno de amenazas. Sin embargo, en la vida de pareja el presente es lo que fortalece el vínculo: una palabra de ánimo, una sonrisa, un abrazo, una conversación.
Cuidar la manera en que consumimos información es también una forma de cuidar al otro, de ofrecer un espacio de paz en medio de un mundo caótico.
@drjosegonzalez