Leí una frase que Jesús pronunció en el Sermón de la Montaña: “No echéis margaritas a los cerdos”. Belisa Plazas, Bogotá
La frase que usted leyó contiene un error, hace tiempo corregido. Este proverbio bíblico está en Mateo 7, 6, y lo dirigió Jesús a la sinrazón de los toscos o ignorantes o a la de los carentes de sensibilidad, no habituados a lo refinado o a lo bello. Hoy las margaritas florecen en Israel y lo hacían en la época de Jesús. Echarles margaritas en el barro a los cerdos sería desaprovechar el atractivo de la flor. No obstante, Jesús en realidad dijo: “No echéis perlas a los cerdos”, caso mucho más grave porque constituiría un desperdicio mayúsculo de esa pequeña masa, nacarada y valiosa. Lo que ocurre es que se trata de un inicial desliz de transcripción, pues Mateo escribía en griego, y en esta lengua ‘perlas’ se dice margaritária. La isla venezolana de Margarita así se llama porque antiguamente, tal como ocurría en nuestra costa guajira, estaba plagada de madreperlas que se pescaban para extraerles la gema orgánica.
¿De dónde viene el dicho “quedé como la novia de Barrancas”? MBHD, Houston
El investigador cultural guajiro Fredy González Zubiría, en su libro Cultura y sociedad criolla de La Guajira, sin citar fuente alguna ni fecha exacta del suceso, se refiere al dicho, usado en varias partes de la Costa, y dice que surgió a mediados del siglo 20 cuando “en Barrancas (La Guajira) la señorita E. M. perteneciente a una familia de arraigo y tradición” iba a casarse con un serio y notorio “señor de buenos modales, excelente presentación y gran elocuencia”. Pero el día de la boda, “el novio no llegó a la iglesia. ‘Se voló en un bus de Cosita Linda’, aseguró alguien”. El dicho indica frustración, desengaño y espera infructuosa o que a alguien lo dejaron esperando.
¿Cuál es la etimología de los cuatro puntos cardinales? Robert, B/quilla
En el siglo 15, ‘norte’ llegó al español proveniente del francés nord, derivado del anglosajón o inglés antiguo north. ‘Sur’ también vino en el siglo 15, procedente del francés anticuado su (hoy sud), emanado del anglosajón sûth. Asimismo en el siglo 15, ‘este’ llegó del francés est, nacido del anglosajón ēast. ‘Oeste’ llegó más tarde, en el siglo 16, proveniente del francés ouest, salido del anglosajón west. Los romanos también tenían lo propio, y al ‘este’ lo llamaron ‘oriente’, del latín oriri ‘nacer, levantarse’, o sea, por donde el Sol nace; y al oeste lo llamaron ‘occidente’, del latín occidere ‘matar, morir’, es decir, por donde el Sol muere. Esta voz dio también ‘occiso’.
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