Todo tiene relación con todo. Esa es la regla de la transdisciplinariedad académica y de la posmodernidad. Por eso no es sorpresivo que la filosofía como disciplina de la razón que estudia todas las cosas por sus últimas causas y razones supremas se aplique a todos los campos del conocimiento. Desde la biología, el derecho, la economía, la medicina, la historia hasta el conocimiento Geek donde se encuentra los comics, las películas, la música de culto o los deportes se ha venido reflexionando filosóficamente. Sobre esto quiero resaltar el libro de Martí Perarnau El fútbol y su filosofía (2025) quien con maestría recoge algunos pensamientos de los técnicos más emblemáticos del fútbol como Alex Ferguson, Azkargorta, Guardiola, Ancelotti, Bilardo, Menotti, Chapman, Van Gaal, Klopp, Sacchi, Beckenbauer, Cruyff, entre otros.

Lo importante del texto es que cada pensamiento lo relaciona con algún filósofo que sirve para explicar el sentido de lo que se busca en el fútbol y yo añadiría en la vida. Pasan por las páginas la idea del carácter de los equipos de Guardiola y su relación con Heráclito, el liderazgo tranquilo de Ancelotti con el cual la eficacia llega de la observación, la espera e incluso de la inacción para evitar la precipitación o la ansiedad como lo recordó el filósofo Wu Wei.

El estado de ánimo en el equipo de fútbol que Valdano trae a colación nos conduce a las reflexiones de Pascal. Con Azkargorta se parte de la base que “ se juega como se vive” evocando a Ortega y Gasset y su “ yo soy yo y mis circunstancias”. Para Zubeldía, la única verdad es ganar y añadiría Bilardo-su discípulo-, que ganar es esencial para conseguir la felicidad como decía el filósofo Spinoza. El más ganador de todos Sir Alex Ferguson predicaba que el triunfo llegaba a través de una gran concentración para reflexionar, anticipar al adversario y adaptarse al contexto.

Para Chapman o Van Gaal en el fútbol un ejército debe derrotar al rival, utilizando los espacios, triangulando, reteniendo la pelota y reduciendo las fuerzas de su enemigo. Evitar lo lleno y atacar lo vacío es la regla. Uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos, el gran 10 de Independiente de Avellaneda, Ricardo Bochini, lo decía con mucha sencillez y sabiduría explicando la filosofía del futbol: “ Me paro donde no hay nadie y se la doy al que está solo”. Si se piensa en esas batallas del fútbol tendríamos que pensar en los textos De la Guerra de Von Clausewitz o en Sun Tzu en El arte de la guerra. En esos mundos se moverían bien Bilardo, Simeone o Helenio Herrera.

Pero también los hay artistas como Menotti quien decía: “ el gol ha de ser un pase a la red”. Es decir, una sinfonía, una estética que debe conducir a un resultado. A hoy, lo vemos todo el tiempo en el pensamiento de Guardiola, Arteta, Luis Enrique, Flick, Slot y otros más, con quienes disfrutamos la posesión de balón, la creatividad, la potencia, la intensidad, la creación y el arte. Ellos sin excepción recogieron la alegría sinfónica del austriaco Sindelar El Mozart del fútbol en los años treinta o la magia de Pelé, Di Stéfano, Cruyff, Maradona o Messi.

Al final del día, estas reflexiones de fútbol y filosofía son más que eso. Nos sirven para vivir y entender que siempre es mejor tener la pelota porque así no nos pueden marcar goles, que los espacios vacíos deben aprovecharse, que la excelencia no es un acto aislado, sino un hábito y que los resultados solo llegan por la disciplina y el esfuerzo individual y colectivo.

Ex fiscal general de la Nación

Profesor del Adam Smith Center for Economic Freedom, Florida International University (FIU)

@FGFBarbosa