A Jack Ramírez Comas, lo asesinaron en Noviembre de 20023. Tenía tan solo 23 años de edad y toda una vida por delante.
Jack recibió un disparo en la cabeza a eso de las 11 de la noche cuando criminales le robaron su carro. La historia de esta tragedia es ruin, cobarde y desgarradora.
Mientras Jack dejaba a su novia, otro vehículo les chocó por detrás y el joven se bajó de su carro inocente y desprevenidamente para ver qué había ocurrido.
Pero el choque era falso. Fue solo una trampa de los delincuentes para que Jack descendiera del vehículo.
En ese instante, uno de los antisociales lo encañonó para robarle su carro.
La reacción intuitiva del joven fue correr para refugiarse en su carro, pero el asaltante le disparó y lo impactó en su cabeza.
En cuestión de segundos, los criminales se dieron a la huida en el vehículo en el que simularon el choque para que el joven se bajara y también en el carro de Jack.
El joven fue auxiliado y llevado a un centro asistencial, pero las balas ocasionaron su muerte cerebral y su posterior deceso.
Acá no caben las recurrentes explicaciones que hablan de los homicidios como resultado de la disputa entre bandas delincuenciales.
Acá tampoco cabe la contextualización de que la víctima tenía no sé cuántas anotaciones judiciales por delitos de alto impacto.
Jack era un pelao sano.
Jack fue un estudiante de ingeniería destacado en la Universidad del Norte.
Jack era un hijo y hermano amoroso, un buen amigo y un muchacho con un enorme potencial que solamente estaba ese fatídico domingo llevando a su novia a su casa.
La Policía Metropolitana de Barranquilla logro capturar a varios presuntos responsables del asesinato de Jack y se les imputaron los delitos de Homicidio agravado, Hurto Calificado Agravado y Porte Ilegal de Armas de Fuego.
Recientemente los presuntos responsables del asesinato de Jack, recobraron su libertad por vencimiento de términos.
La impunidad de este caso no solo pone contra el piso a su familia, también golpea las fibras más sensibles de su universidad y de la ciudad entera porque remueve el dolor a través de la revictimización.
La impunidad ha sido definida por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos como una infracción de las obligaciones que tienen los estados para investigar delitos y adoptar medidas apropiadas respecto a sus autores, para que las personas sospechosas de responsabilidad penal sean procesadas, juzgadas y condenadas a penas apropiadas y de garantizar a las víctimas recursos eficaces para conocer la verdad y dar a la sociedad en general garantías de no repetición de estos delitos.
¿Qué mensaje envía esta situación a su familia y seres queridos?
¿Qué mensaje le mandan los operadores de justicia a todos esos pelaos y peladas de veinte años que están iniciando sus vidas y que salen en plan sano?
¿Qué mensaje les envía este vencimiento de términos a todos esos padres que con oraciones despiden a sus seres queridos, y con angustia e incertidumbre esperan que no se les acerque ningún malhechor, que nada malo les ocurra y que puedan regresar sanos y salvos al seno de sus hogares?
La ciudadanía aspira y espera el adecuado esclarecimiento de los hechos, la asignación de responsabilidades y el cierre del ciclo judicial.
@janielmelamed