El pasado 25 de abril en reunión de los Gobernadores del país en Yopal capital de Casanare, el Gobernador del Atlántico Eduardo Verano le propuso, una vez más, a los colegas asistentes promover un Referendo de las regiones junto con las elecciones generales, para definitivamente impulsar la transformación de los Departamentos en Entidades Territoriales (RET) con llave estrecha en la recientemente aumentada sistema General de Participaciones, la nueva Ley que impulsa el incremento paulatino de las transferencias presupuestales a los Departamentos en los próximos años.

El Gobernador Verano es un Quijote digno de aplausos porque desde su participación en la Reforma Constitucional en 1991, se ha convertido en el luchador más fuerte por sacar adelante esta iniciativa que es una necesidad esencial en el desarrollo de las regiones. Casi solitario Verano ha luchado y poco a poco ha subido escalones. Pero ¿a qué precio? ¡Casi con una total indiferencia de los demás rincones patrios! Hoy día por cierto esta columna nace porque quiere referirse a un silencio posterior generalizado, con pocas excepciones, de los otros Gobernadores del país, sobre realizar como paso definitivo y necesario el paso al Referendo en 2026 para terminar la etapa jurídica constitucional.

El magnífico editorial de EL HERALDO, el pasado 28 de abril es muy completo en el análisis de esta situación. Porque después de la votación del año 2010 para convertirnos en Regiones Administrativas, cumpliéndose el período para seguir con la (RET), ya estaba abonado el terreno para los siguientes pasos. Pero el silencio, la pasividad, la indiferencia de la mayoría de los Gobernadores del país es perturbadora y no tiene otra respuesta que les agrade seguir perteneciendo a la fila de víctimas del cada día más absorbente e injusto centralismo gubernamental, que no mira para el resto de Colombia sino cuando solamente piensa en salir de vacaciones a las playas o las bellas montañas que dividen nuestra geografía nacional en la costa caribe.

Es hora de espabilarse y prepararnos desde ya a un suceso que nos transformará socio-económicamente, esperado y luchado desde hace varios años y visto antiguamente como un sueño incumplido que se despertó por el impulso, entusiasmo, tenacidad y coherencia justa del hombre público de este luchador Eduardo Verano. Desde ya vamos a prepararnos para cumplir el objetivo y sobre todo a despertar el entusiasmo de muchos gobernadores regionales, no todos, que les falta o el entusiasmo o la visión de un futuro más progresista de lo cual todos estamos necesitados.