“Condenan a 30 años a José Miguel Narváez por el crimen de Jaime Garzón. El exsubdirector del DAS está involucrado en los hechos que rodearon la planeación y ejecución del crimen en 1999”. El Espectador.
“Se reúnen Uribe, Gaviria y Pastrana. Tres expresidentes que protagonizaron duras confrontaciones, se reconciliaron para apoyar al nuevo presidente”. Revista Semana.
“La campaña sucia que ensombrece la Consulta Anticorrupción. Están circulando noticias falsas que dicen que la consulta bajará salarios a trabajadores públicos y es castrochavismo.” RCN Radio.
Son titulares de esta semana, no de finales de los ochenta ni de los noventa. Se reúnen la clase política tradicional y el uribismo, queda un tufo de clientelismo y parece el Frente Nacional en el siglo XXI. La reunión aparenta un apoyo genuino al presidente Duque, pero la realidad es que son pactos burocráticos que empiezan a cumplirse. Son los mismos de siempre repartiéndose el país de a mitades. Expresidentes que deberían estar retirados siguen en el poder y toman las decisiones más importantes. Algunos son hijos de expresidentes que ahora piensan en cargos para sus hijos. Es una cadena que se repite hasta desdibujar el futuro.
Otro titular que resaltó en la semana fue la condena a José Miguel Narváez, exsubdirector del DAS, por el crimen de Jaime Garzón. Aunque este acontecimiento es un gran avance en el caso, el proceso no está cerrado. Todavía se desconoce la verdad sobre uno de los peores crímenes cometidos en el país. Paramilitares, militares, políticos y el Estado están involucrados en la muerte de Garzón. Sin embargo, falta la pieza más importante: ¿quién dio la orden para asesinarlo y por qué? Hasta que no respondamos esta pregunta con claridad, el suceso seguirá congelado en el tiempo. El pasado será la única condena y la llaga no sanará.
Y los titulares repetitivos continúan. Después de la campaña por el No en el plebiscito basada en mentiras, llega la campaña en contra de la Consulta Anticorrupción. Y de nuevo es protagonista la posverdad. El problema no es estar a favor o en contra, cada quien vota por la opción que considera correcta según su criterio, el tema es cuando manipulan a la ciudadanía con engaños y falsedades. Se repiten las mismas mentiras, se da la misma campaña sucia, son los mismos promotores de la trampa y el miedo.
Es curioso que una supuesta democracia esté tan atada al ayer. Somos esclavos de la clase política tradicional y de los grupos empresariales que la dominan. Todo gira en torno a ellos, nos pisotean una y otra vez. Lo peor es que nosotros mismos los elegimos, no avanzamos y aceptamos este delirio reiterativo. Los titulares de los años setenta, ochenta, noventa y dos mil son similares, casi eternos. Siguen en el poder los Uribe, los Vargas Lleras, los Pastrana, los Gaviria. Sigue impune el crimen de Garzón. Sigue la campaña del miedo para sabotear el cambio y el futuro. Seguimos siendo lo único que somos y sabemos ser, en nada peor podemos convertirnos: la patria boba.
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