A Beatriz Isabel Castro la conocen en Valledupar como ‘mamá Beatri’.
Su fama se debió, hace un tiempo, a los saludos que le hacían los cantantes vallenatos en sus canciones. Recientemente, a la orden de captura que le dictó la justicia por el delito de estafa agravado.
‘Mamá Beatri’ se presentaba ante sus clientes como una corredora de finca raíz, que a partir de supuestos contactos en tribunales y oficinas de gobierno podía acceder a una atractiva oferta de vivienda en remate. Para aprovechar el excelente precio, había que proceder rápido.
Mientras comerciantes, pensionados, empleados de gobierno o herederos perdían sus dineros en la red, ‘mamá Beatri’ ganaba menciones en los discos de Diomedes Díaz, Silvestre Dangond, Peter Manjarrez, Beto Zabaleta, Kvras, Farid Ortíz, Iván Villazón y Poncho Zuleta, entre otros.
Dicen las lenguas –no se sabe si buenas o malas–que algunos de ellos se iban de compras con ella y regresaban con joyas, camionetas lujosas o maletas enteras de ropa de moda.
El realismo mágico de esta historia aumentó sus ribetes cuando uno de esos artistas, el cantante Jorge Iván Díaz, más conocido como ‘el Churo’, se convirtió en su compañero sentimental y padre de su último hijo.
Todo iba bien –o tal vez mal– hasta que apareció un personaje que parece sustraído de una fantasía literaria. Le llamaban ‘papá Roberto’.
Relatan las mismas lenguas que ‘papá Roberto’ fungía como un señor adinerado y generoso, a quien solo le preocupaba la estabilidad emocional de su hija Beatriz. Y al enterarse de que ‘el Churo’ había decidido velar por la felicidad de ella, redireccionó todos sus regalos.
‘El Churo’ nunca conoció a ‘papá Roberto’. Hasta el sol de hoy nadie puede decir que lo vio.
Pero el personaje siempre estuvo como una sombra. ‘Mamá Beatri’ se aparecía a veces con un fajo de billetes a la casa y le decía a su marido: “mi papá te mandó 100 millones de pesos, pero la verdad es que yo necesito 20; toma 80”.
Los allegados al cantante cuentan que algunas veces se lo pasó al teléfono. “Mira mijo, ahí te mandé una platica. Solo quiero que cuides a mi hija, cuidao la vai a dejá”.
Díaz le habría insistido tanto que quería conocer a ‘papá Roberto’, que una noche Beatriz organizó una velada en un hotel de varias estrellas. Cuando todos los platos estaban servidos, recibió una llamada. Era el hombre. “Voy a ir a recibirlo”. Pero que esa vez tampoco fue. “No encontró parqueo y se fue bravo”, le dijo.
Al final todo quedó al descubierto. La Fiscalía informó que ‘papá Roberto’ nunca existió y que ‘mamá Beatri’ estafó a unas 500 familias por más de $16.000 millones.
Hoy, los abogados de ‘el Churo’ manejan la tesis de la inocencia (o ingenuidad) de su defendido.
La Fiscalía, que ya lleva tres años en esta, no sabe si el cuento es verdad o es el capítulo de una novela macondiana.
@AlbertoMtinezM