Hace unas semanas había pesimismo en torno a la Selección Colombia y hasta algunos amigos se atrevieron a ponerle la lápida: “Viejo Rafa, no va a clasificar al Mundial de Rusia”.

Con el paso de los días y con las últimas noticias de los futbolistas criollos en el exterior (titularidad de Murillo, James, Cuadrado, Muriel y Bacca, reapariciones de Zúñiga, Armero y Aguilar, gran momento de Cardona, entre otras), la sentencia pasó al extremo optimista: “Ahora sí la vaina pinta bien, Rusia nos espera”.

El presente de los jugadores colombianos en el exterior, especialmente en Europa, marca la ilusión o desesperanza de los seguidores del combinado patrio. Si James está en la banca, eliminados. Si anota un gol, clasificados.

En medio de esa característica nacional de sentirnos los peores o los mejores del mundo de un momento a otro, con asombrosa facilidad, hay que recordar que la eliminatoria es una montaña rusa con altos y bajos, que ayer Chile parecía imparable con Sampaoli y hoy es una incógnita con Juan Antonio Pizzi, que Ecuador hoy tiene puntaje perfecto y mañana se puede desinflar por declive del nivel de sus jugadores, que Colombia ayer tenía el panorama oscuro porque varios de los integrantes de su base no jugaban o estaban lesionados y ahora parece aclararse. Esto es largo y cambiante, con luces y sombras.

Extra tiempo: ¿Qué pienso de los microciclos?... No garantiza éxito, pero tampoco resta. No está demás que Pékerman mire y conozca de cerca otras opciones.