El silencio y el dolor se apoderaron del barrio San Carlos en Campoalegre, Huila, tras una tragedia que ha conmocionado a toda la comunidad. Una bebé de tan solo diez meses falleció el pasado lunes 2 de junio, luego de sufrir un golpe fatal en la cabeza mientras era bañada por su hermana de seis años.
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Los hechos se desarrollaron en el interior de una vivienda, donde los padres habían dejado a su hija mayor al cuidado de la bebé.
Según las versiones que han podido recopilar las autoridades, la pequeña de seis años intentó una tarea grande para su edad: bañar a su hermanita en una bañera que habían colocado sobre un mesón.
Fue en medio de este acto de inocencia, cuando la bebé se resbaló. La caída fue aparatosa, y su cabeza golpeó fuertemente contra una superficie.
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La hermana mayor, en un intento desesperado por auxiliar a la bebé, la secó con rapidez y la llevó en brazos hasta la cama. Sin embargo, la pequeña ya no respiraba.
Con la bebé sin reaccionar en sus brazos, la niña de seis años salió a la calle pidiendo ayuda. Recorrió varias cuadras bajo el sol de Campoalegre, buscando a alguien que la socorriera.
Fue una persona quien finalmente notó la desesperación de la menor y alertó a las autoridades. Los servicios de emergencia llegaron al lugar con la esperanza de poder hacer algo, pero ya no se podía hacer más: la bebé ya había muerto.
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Tras el fatal desenlace, los padres de las niñas fueron localizados y ahora enfrentan una investigación. Tanto la Policía como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) han iniciado un proceso para determinar si hubo negligencia o abandono, y si la falta de supervisión directa contribuyó a esta lamentable pérdida.
La comunidad del barrio San Carlos, que intentó responder al llamado de auxilio de la niña, pero sin éxito inmediato en varias viviendas, se encuentra sumida en la conmoción y la indignación ante lo sucedido.
Las autoridades han aprovechado esta tragedia para hacer un llamado urgente a todos los padres y cuidadores. Enfatizan que “los niños no deben quedar al cuidado de otros menores. La supervisión constante de un adulto responsable es indispensable para evitar tragedias como esta”.
