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En una crítica directa a la política de “paz total” del gobierno de Gustavo Petro, el exjefe negociador del proceso de paz con las FARC, Humberto de la Calle, aseguró que en Colombia aún no existe una ley de sometimiento real para grupos armados.

En el lanzamiento de su libro Muertes y muertecitas en La Cueva, De la Calle afirmó: “Estamos en este momento en una situación de descontrol, como ya lo dije, fracasó la paz total. La ley que presentó, que ahora llaman de paz total, esa es una ficción periodística. Esa ley fue la prórroga de una antigua ley que se llamaba la 416 (...) pero nunca hubo realmente una ley de sometimiento y todavía no hay”.

El excandidato presidencial expresó su desconcierto frente al concepto de “tratativas socio-jurídicas” que, según él, ha reemplazado de forma ambigua la necesidad de una ley clara de sometimiento.

“Yo no sé realmente qué quiere decir eso, eso del socio-jurídico me parece un poco raro”, señaló.

No obstante, concedió una mínima posibilidad a la estrategia gubernamental: “Démosle una ventaja al gobierno. A lo mejor utilizó el método inductivo y no el método disruptivo. Digo, bueno, hablemos con esos tipos a ver qué es lo que quieren y yo hago la ley después de saber qué quieren”.

Para De la Calle, la actual situación del país es de “descontrol” y el proyecto de paz total está fracasando: “Estamos en este momento en una situación de descontrol (...) que creo que va a conducir a que la ideología detrás de esto desaparezca”.

El abogado también recordó las limitaciones jurídicas que encontró el gobierno de Juan Manuel Santos cuando inició negociaciones con las FARC, debido a que las Cortes “fueron contrayendo y hasta desapareciendo esos tradicionales mecanismos” del delito político.

Citó una sentencia que eliminó la conexión del homicidio en combate con el delito de rebelión: “Someter, eliminar la conexión del homicidio en combate (…) sacarlo de la noción de rebelión estrictamente es insensato porque es como decir una rebelión aséptica”.

Durante las conversaciones preliminares del marco jurídico para la paz con el secretariado de las FARC, relató un momento crucial: “Les expusimos: ustedes son los máximos responsables, ustedes responden y liberan a los demás (...) Yo creí que íbamos a romper ese día y mi sorpresa es que todos dijeron que no (...) con una gran tranquilidad, nos da mucha pena, por aquí no vamos a ningún Pereira”.

En tono anecdótico, compartió una conversación con Joaquín Gómez, entonces comandante de las FARC: “Me dijo, ah bueno, pero a mí no me metan en las celdas con esos tipos de las FARC, métame en la celda de Juan Manuel Santos”.

Más allá del proceso de paz, De la Calle también abordó la profunda crisis que atraviesa la democracia a nivel global y en Colombia. Afirmó que ya no solo se trata de una “crisis de representación”, como se decía hace unos años, sino que está en juego la “democracia liberal” misma.

“Lo que sí estamos viendo es que, bajo cierto aplauso y muchas veces no forzado, el ejercicio de democracia con separación de poderes y estado de derecho está siendo reemplazado por el populismo, por el autoritarismo”.

Mostró especial preocupación por el auge de liderazgos personalistas y antidemocráticos: “El Napoleón de turno dice: ‘yo, como sí interpreto al pueblo, soy la voz del pueblo (...) y como gané las elecciones, soy el que puede decidir’”, señaló, advirtiendo que este tipo de gobernanza amenaza con “matar la democracia liberal”.

En un tono pesimista, el senador y exnegociador concluyó: “A mí lo que más me impresiona ahora es el periplo de estos 100 días del señor Trump (...) en un camino absolutamente inédito que puede terminar arruinando esa etapa que llamamos democracia liberal, matándola. No sabemos en beneficio de qué tipo de gobernanza”.

Según De la Calle, Colombia enfrenta ese mismo riesgo, agravado por el persistente problema de la violencia armada, lo que complica aún más el panorama democrático y el futuro del país.