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Las gemas hablan en clave de color. Tienen impreso en su material genético visos cromáticos que determinan más que una combinación segura con un atuendo. Es el polo magnético que acaba imponiéndose en la decisión de lucirlas, una sugestión que pasa desapercibida para la mayoría, pero fácilmente reconocible para personas como Susana Ellinger, una gemóloga o experta en el poder de las gemas y sus combinaciones.

'No son un amuleto. No es la solución a los problemas, pero tienen una información según el color para la vida'. Elinger, quien lideró una guía alrededor de las piedras preciosas hace algunos días en Sterling Joyeros, explica que ese hechizo que causan los destellos de un zafiro o de un diamante obedece a una connotación emocional, holística, que deja entrever la circunstancia por la cual una persona está pasando. 'La gema escoge tu alma y la afina'. Están cargadas de energía que contribuyen a ecualizar el flujo de sensaciones del ser humano, según la gemoterapia.

La energía humana suele escoger el color que necesita. 'Cuando aprendes a escuchar el cuerpo, no te equivocas'. Las perlas rosadas, por ejemplo, revelan que un proceso sentimental fuerte se está viviendo. 'Anhelan el amor y necesitan llenarse de esa energía rosa'.

El rubí es la fuerza en una piedra pulida. Transmite el ímpetu del alma que lo luce, y quien lo escoge le está sumando una cuota de seguridad a su alma. 'Y si lo sumas con el diamante hablas de algo que quieres tener'. El zafiro simboliza la inteligencia pura y actúa como un depurador de emociones en el plano mental. Es el tercer ojo, el que da visión y claridad. Y quita el dolor.

El cuarzo rosado es la piedra del corazón, mientras que el morado, conocido como amatista, suele ser la señal de los cambios que están sucediendo en la vida de quien se decanta por una. El diamante, rey de los cristales, es el supremo porque en su transparencia acoge todos los colores. Es prisma e iris, la máxima claridad que encierra todos los colores de las demás piedras preciosas.

Y la esmeralda… esa gema que expande el orgullo colombiano por la bondad del suelo para explotarlas. El símbolo nacional es abundancia y sanación compactas, según Ellinger, quien señala una especial sensibilidad en aquellos que prefieren su destello verde.

Verde de moda

En 1985, los principales integrantes en el proceso de producción de esmeraldas en Colombia, hasta su exportación, se agremiaron y conformaron la Federación Nacional de Esmeraldas, cuya función principal es promover el consumo de esta piedra a nivel nacional a internacional.

Las gemas verdes son un producto esencialmente de exportación. El 95% de las esmeraldas que se producen en el país se exporta, y el cinco por ciento restante se destina al consumo nacional. 'Este consumo bajo a nivel nacional tiene que ver con el tema del precio. Son costosas, y los ingresos per cápita del país no son los más altos', explica Óscar Baquero, director de la agremiación.

Sin embargo, hay diferentes gamas de precios y calidades, promoviendo la realización de diseños a nivel nacional para tener acceso a distintos públicos.

Por eso, desde hace siete años, Fedesmeraldas ha propendido por insertarse en el mercado de clase media alta nacional a través de las principales ferias de moda y de joyería del país. Dos colecciones al año marcan el curso de esta intención comercial.

La última colección lanzada con el respaldo de la agremiación estuvo a cargo de la firma Tao, cuya cabeza es la diseñadora Vanessa Arcila. Ella crea piezas a base de metales como el bronce y el cobre, bañadas en oro, y las incrustaciones de esmeraldas se convierten en el sello de la casa. Trabajan con la esmeralda murralla, 'normalmente empleada para hacer pequeñas esculturas talladas de gran valor', según el Museo Nacional de la Esmeralda, fundación radicada en Bogotá que trabaja por preservar y apoyar a los joyeros artesanos.

La cultura bizantina es la más reciente inspiración de Arcila, que acaba de presentar la propuesta en Colombiamoda y el próximo mes de octubre hará lo mismo en el Cali Exposhow. 'Compramos las piedras directamente de Fedesmeraldas. Cuando las adquirimos, ya han tenido todo el tratamiento necesario, y trabajamos con la esmeralda en bruto', cuenta la diseñadora vallecaucana sobre el proceso de adquisición y ensamble de las gemas.

Se mueve el mercado

Hay cuatro criterios para valorar las piedras, según el empresario Baquero: color, es la transparencia o la limpieza que tiene la piedra internamente, la forma (si es cuadrada, redonda, etc…) y el tamaño. 'En un mismo yacimiento puede haber esmeraldas de mucha saturación de color o baja saturación. Eso es lo que hacen los mineros: clasificar las de mayor saturación para mandarlas para el mercado internacional, y las de baja saturación las dejan aquí en Colombia'.

Esto baja considerablemente el precio en el territorio nacional y vuelve más accesible la compra de la piedra emblema. 'Hay esmeraldas muy baratas, que nosotros las denominamos murrallas, que pueden estar entre 20 o 30 centavos de dólar por quilates', hasta encontrar piedras de aproximadamente 50 o 60 mil dólares por quilate.

Los principales países consumidores de esmeraldas son los de mayor crecimiento económico en la actualidad, lo que corresponde a naciones asiáticas como China, donde el jade y el color verde son muy importantes, e India, que cuenta con una tradición joyera milenaria que vuelve una costumbre el lucir alhajas de alta y baja gama. Según cifras de Fedesmeraldas, el año anterior se realizaron exportaciones por alrededor de 140 millones de dólares, convirtiendo el sector de la extracción de piedras en un negocio que, literalmente, es una joya para el país.