Lo más grave es que millones de colombianos escuchan esta narrativa día y noche, adoptando un lenguaje virulento contra quienes poseen medios económicos o se han destacado profesionalmente, sin detenerse a reconocer el esfuerzo y el mérito detrás de esos logros.
Si gana Cepeda se viene el abismo. Por eso, como plantea el expresidente Uribe, necesitamos la unidad del centro a la derecha, de Fajardo a Abelardo. Me temo que, sin embargo, no será posible.
Tengamos claro que encender una luz esta noche es dar gracias por todo lo vivido, por todo lo que tenemos. Encender una vela es presentarle nuestras necesidades al Dios de la vida para que él actúe con poder en nuestra existencia, es abrir nuestro corazón y dejarnos iluminar por Jesús, que es la luz del mundo.
No podemos seguir permitiendo que se siga debilitando la independencia judicial a punta de señalamientos irresponsables, puesto que, el daño no será solo para los jueces. Será para todos los ciudadanos que un día, sin esperarlo, necesiten que alguien proteja sus derechos frente al poder del Estado.
Colombia necesita una política ambiental coherente: misma exigencia para todos los sectores productivos, priorización de la formalidad, trazabilidad pública de impactos, ejecución de compensaciones verificables y un compromiso de transición que tenga sustento financiero y material.