La representante interina de EE.UU. ante la ONU reconoció, eso sí, que “hay un problema real de hambre en Gaza”, pero aseveró que los criterios que usa el organismo internacional para declarar la hambruna “no pasan el examen”.
El regreso a la violencia extrema exige del Gobierno definiciones urgentes sobre el rumbo que dará a sus fallidas políticas de paz y seguridad en su recta final.
Maduro indicó que esto forma parte de un “plan de paz”, por lo que hizo un llamado a las milicias a estar “preparadas, activadas y armadas”.
Las conversaciones se desarrollaron en la base aérea de Elmendorf-Richardson, a las afueras de Anchorage (Alaska), durante más de tres horas y, según Trump, fueron “extremadamente productivas”, aunque no se tradujeron en anuncios concretos.
Al menos 180 personas han muerto en Gaza por hambre o desnutrición desde el comienzo de la guerra, incluidos 93 menores, según el último recuento de las autoridades sanitarias locales, publicado este lunes.