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El eco de los barcos que un día surcaron el Océano Atlántico rumbo al Caribe colombiano ahora resuena en las páginas de El último capitán hanseático.

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Se trata de una obra escrita por el barranquillero Willy Gerdts, un ingeniero civil e investigador que, desde hace cuatro décadas radicado en Estados Unidos, decidió reconstruir una parte poco contada de la historia local, la de las familias alemanas que se asentaron en Barranquilla y transformaron su desarrollo comercial y cultural.

El autor de ascendencia alemana y raíces curramberas explica que el proyecto nació de una inquietud personal que lo acompañó durante años: “Siempre tuve la curiosidad de entender por qué un grupo de personas de un país europeo decidió dejarlo todo y establecerse en el Caribe colombiano. Al investigar, descubrí que no solo mi familia había hecho esa travesía en barco, sino que en Barranquilla hubo una comunidad alemana numerosa que dejó huella”, comienza narrando el también propietario de la editorial Entre siglos, bajo la que publica este texto que fue presentado la noche de este miércoles en el auditorio del Colegio Alemán y hará lo propio este sábado a las 5:00 p.m. en la Estación Ferrocarril de Bolívar, en Puerto Colombia, donde todo empezó.

El libro que tiene 270 páginas fue escrito en tres idiomas: español, inglés y alemán. Según detalla el autor, la misión de escribirlo le tomó más de tres años. Sumergiéndose por completo en documentos históricos, tratados diplomáticos, cartas familiares, fotografías y relatos familiares, los cuales le permitieron conectar la historia mundial con la local.

“Soy ingeniero civil y tengo una maestría en Finanzas, pero siempre me apasionó la historia. Después de 35 años como investigador y coleccionista de información, sentí que era el momento de organizar todo ese material y convertirlo en un libro que ayudara a entender cómo se entrelazan las raíces europeas y caribeñas”, sostiene.

El legado del último capitán

Sobre el título de la obra, El último capitán hanseático, explicó que rinde homenaje a su abuelo Max Gerdts Pochet, quien fue el último capitán del puerto en el municipio de Puerto Colombia, Atlántico, durante la Segunda Guerra Mundial, justo cuando el Gobierno colombiano, por orden de Estados Unidos, prohibió la llegada de buques alemanes tras el bombardeo a Pearl Harbor en Hawái, EE. UU., ocurrido el 7 de diciembre de 1971. “Mi abuelo aparece en la portada del libro con su uniforme de capitán. Fue el encargado de cumplir la orden de cerrar el acceso a los barcos alemanes. Hasta ese momento, los alemanes eran muy respetados en Barranquilla, porque habían contribuido enormemente al comercio y al desarrollo de la ciudad”, relata el escritor.

CortesíaMax Gerdts Pochet (1892–1947) fue capitán de Puerto Colombia.

Sobre el término “hanseático” explica que proviene del gremio comercial y financiero del norte de Europa que agrupaba ciudades como Lübeck, Hamburgo y Bremen, esta última considerada “ciudad hermana de Barranquilla”, pues de allí provenía la mayoría de los alemanes que se establecieron en la ciudad a finales del siglo XIX.

Una historia no contada

Para el autor, El último capitán hanseático, además de ser un homenaje a su linaje, también termina convertido en un aporte a la reconstrucción de la memoria de Barranquilla. “El libro es una historia no contada. Muchas familias tienen relatos similares que nunca se han escrito. Mi intención es que estas narraciones familiares completen la historia oficial y ayuden a entender mejor cómo se formó la sociedad moderna del Caribe colombiano”.

La obra alterna pasajes familiares con documentos históricos. Incluye incluso la transcripción completa de tratados de amistad y comercio firmados entre la Nueva Granada y las ciudades hanseáticas, y narra cómo esas alianzas impulsaron el auge del comercio marítimo en el Caribe.

“Algunas de las historias están basadas en cartas familiares y otras en investigaciones académicas. Las cartas describen desde acontecimientos mundiales, como las guerras, hasta episodios cotidianos de la vida en el Caribe. A medida que las fui leyendo, entendí que encajaban perfectamente con los hechos históricos”, señala Willy.

Además, plantea una reflexión sobre el concepto de migración. A su juicio, los comerciantes hanseáticos no eran migrantes en el sentido moderno del término, sino empresarios que expandían sus negocios y establecían sucursales en nuevos puertos del mundo.

“Casarse y formar familia era parte del proceso comercial, una manera de garantizar la confianza y el arraigo. Con el tiempo, esas familias se quedaron y formaron parte esencial del tejido barranquillero, algo que aún se mantiene”, explica.

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El último capitán hanseático está disponible en formato impreso y digital, y se presenta como una obra clave para comprender cómo el espíritu comercial de las antiguas ciudades alemanas ayudó a forjar el carácter cosmopolita de Barranquilla.