La dieta mediterránea y sus claves para la salud del futuro

En las últimas décadas, se ha vuelto cada vez más evidente que la forma en que producimos, consumimos y desechamos alimentos tiene un impacto profundo en el medioambiente.

La expansión de la agricultura ha llevado a la deforestación, la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad. Los monocultivos y el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes químicos dañan los ecosistemas y contaminan el agua y el suelo.

Es por ello que en los últimos meses, expertos han hecho hincapié en la necesidad de implementar la dieta mediterránea, denominada como una aliada del pasado con las claves para sobrevivir al futuro.

Y es que, de acuerdo con la ONU, en el año 2050, el planeta tendrá 9.700 millones de personas, 2.000 millones más que ahora.

Para alimentarles habrá que aumentar la producción de alimentos un 30% y hacerlo en un contexto de crisis climática en el que el agua será un bien limitado y miles de especies comestibles estarán en peligro de extinción.

La dieta mediterránea es un patrón de alimentación basado en las tradiciones culinarias de los países que rodean el Mar Mediterráneo.

Se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva. También incluye una moderada ingesta de pescado, aves, lácteos y vino tinto en cantidades moderadas.

La producción de carne requiere más tierra, agua y alimento en comparación con la producción de cultivos vegetales. Esto puede aumentar la presión sobre los recursos naturales.

Sin embargo, no se trata de eliminar su consumo, sino de reducirlo. Así lo indicó el geológo y docente de la Universidad del Atlántico, Nelson Rangel.

'La producción de carne, en particular, es responsable de una proporción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que los animales rumiantes liberan metano, un potente gas de efecto invernadero. La idea es no excederse en el consumo para así disminuir la demanda y por ende la producción'.

La pesca excesiva y no sostenible puede agotar las poblaciones de peces y dañar los ecosistemas marinos, por lo que expertos recomiendan su consumo una o dos veces por semana.

'Las prácticas de pesca no sostenible dañan los ecosistemas marinos y pueden llevar a la disminución de las poblaciones de peces y por eso la dieta mediterránea es lo que se recomienda'.

Para el biólogo, Cesar Tamaris, la industria alimenticia basada en el consumo de carne es considerada como una de las que más perjudican al medioambiente.

'Se requiere entre 5 mil y 20 mil litros de agua para producir un kilogramo de carne de res, mientras que la industria agraria puede requerir cerca del 10 % que lo que se utiliza en la cárnica'.

Es por ello que considera que si se emplean dietas basadas en el consumo de proteína vegetal, ayudaría a reducir significativamente los gases de efecto invernadero a la atmósfera.

'Estos datos pueden ser más preocupantes el países del tercer mundo o en vía de desarrollo como Colombia, ya que la falta de tecnificación de la ganadería, promueve la ganadería extensiva, lo que incrementa la potrerización y deforestación, que consecuentemente promueve los procesos de desertificación en zonas como el Caribe colombiano, las cuales son altamente susceptibles a estos procesos de degeneración del suelo'.

La dieta mediterránea es conocida por ser una de las dietas más saludables del mundo y ha sido objeto de numerosos estudios que respaldan sus beneficios para la salud.

Según la nutricionista dietista, Daniela Peña, este tipo de alimentación la dieta tiene evidencia científica de que puede ser un factor protector frente a enfermedades cardiovasculares.

'En este tipo de dieta prevalece el consumo de ciertos alimentos como el aceite de oliva el pan las frutas las verduras los frutos secos y los lácteos. Cada uno de ellos nos aporta diferentes nutrientes, por ejemplo, el aceite de oliva, el cual es el principal aceite que se utiliza en la dieta mediterránea nos aporta principalmente grasas mono insaturadas'. (Ver infografía).

El pescado, salmón y atún aportan principalmente proteína y grasas de tipo omega tres que también son cardioprotectoras por sus funciones antiinflamatorias. Los lácteos son fuente de proteína y de grasa, sin embargo la indicación es consumirlos de forma moderada.

Para la nutricionista, Claudia Flórez, las frutas y verduras son las encargadas de aportar vitaminas y minerales al organismo en mejor consumirlas que tomarlas por medio de medicamentos.

'Los alimentos frescos son mucho mejor que cualquier alimento empaquetado y procesado, la carne roja se recomienda de 1 a 2 veces por semana ya que su alto contenido de ácido úrico llega afectar las articulaciones he inflamarnos en general, además que pone la digestión un poco lenta'.