Mientras los sectores productivos del país hacen grandes esfuerzos para tratar de ver el vaso medio lleno, en lo que tiene que ver con el futuro de la economía, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, prefiere verlo medio vacío. Acaba de suceder con las extraordinarias cifras de crecimiento que mostró el país durante el segundo trimestre del año. Ninguna nación registró el crecimiento colombiano del 12,6 por ciento. Las tres grandes potencias estuvieron lejos de esa cifra: China (0,4 %), Alemania (1,5 %) y Estados Unidos (1,6 %). Se trata de un logro gigantesco y por ello habría que hacerle el reconocimiento al expresidente Iván Duque y al exministro José Manuel Restrepo.
En medio de un escenario internacional bastante agitado –con la invasión de Rusia a Ucrania aún sin solución y con una inflación en Estados Unidos disparada– que Colombia mantenga un positivo ritmo de crecimiento debe resaltarse. Todo ello, después de superar la más cruel y despiadada pandemia de las últimas décadas.
El ministro Ocampo, sin embargo, ha optado por desinflar los globos optimistas que empezaban a elevarse. En efecto, acaba de advertir en Cartagena –durante la convención de Asobancaria– que 'el crecimiento económico se desacelerará este año'. Ocampo cree que fenómenos internacionales, como la inflación, terminarán pasándole cuentas de cobro al país.