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Uno de los efectos más demoledores que ha tenido el coronavirus en los distintos países y ciudades del mundo es la afectación en los estados de ánimo de las personas. Ello tiene que ver con la alta dosis de incertidumbre que genera el hecho de no saber qué va a pasar en el futuro inmediato, no solo con la salud, sino también con la economía. El coronavirus nos volvió más incrédulos y pesimistas.

La incertidumbre generalizada viene acompañada de cifras demoledoras y contundentes. En el caso de Barranquilla, por ejemplo, por cuenta de la pandemia se perdieron 150.000 empleos directos, cifra que es mucho más impactante si se tiene en cuenta que la ciudad venía mostrando en los últimos años una tendencia decreciente en el número de desocupados. La informalidad creció hasta un 53 por ciento, según estudios del DANE. Al igual que ocurrió en todo el país, las mujeres y los jóvenes fueron los más afectados.

Las cifras de personas fallecidas por coronavirus en el departamento del Atlántico -incluyendo Barranquilla- superó los 3.000, desde que se decretó la cuarentena en marzo pasado. Hubo días en los que se presentaron en la ciudad hasta 60 fallecimientos por coronavirus. Los contagiados ya superaron los 40.000 en la ciudad y el departamento.

No obstante, las cifras de hoy indican que la llamada primera ola de contagiados empezó a ser superada, tanto en Barranquilla como por el Atlántico. De hecho, desde hace varias semanas se registran decesos y contagios de tan solo un dígito, según cifras del Ministerio de Salud.

Los hechos demuestran que tanto Barranquilla como el Atlántico lograron superar con éxito -después de un comienzo con visos de catástrofe- la primera ola de contagios del coronavirus. Ahora el reto consiste en afrontar y superar también de manera exitosa la segunda ola, o 'rebrote', que se anuncia y que se da por descontada, como ocurre en estos momentos en algunos países de Europa, como España y Francia.

Al no haber vacuna contra el virus, se hace necesario insistir en los cuidados y precauciones que deben tener las personas para evitar su propagación. De nuestro comportamiento responsable depende la letalidad de su expansión.

Pero una vez superada la primera ola de contagios del coronavirus, como lo indican las cifras, se hace necesario que Barranquilla y el Atlántico prendan motores cuanto antes para tratar reactivar la economía en el menor tiempo posible. Se requiere con urgencia no solo recuperar los 150.000 empleos perdidos, sino abrir nuevas plazas en distintos frentes, entre ellos el de la construcción tanto de viviendas como de obras de infraestructura. La construcción es uno de los sectores de la economía que más empleos directos genera.

En la medida en que el sector productivo empiece a enviar señales de recuperación el estado de ánimo de las personas -que hoy está por el piso por cuenta del coronavirus- también empezará a cambiar, mucho más es una ciudad como Barranquilla que se caracteriza por su espíritu festivo y optimista. Curramba contagia con su derroche de alegría al resto del país y en esta oportunidad no debe ser la excepción.

Después de los peores seis meses que ha debido afrontar Colombia en general y Barranquilla en particular por cuenta del coronavirus, es urgente retomar la agenda que se había diseñado desde comienzo del año y que en el caso de la capital del Atlántico, incluye la lucha contra la pobreza, la ampliación de la cobertura en salud, la ejecución de un ambicioso plan de arborización, la construcción de nuevos parques en sectores deprimidos de la ciudad, la canalización de más arroyos y una mayor integración con todos los municipios del Departamento, en especial los que conforman el Área Metropolitana.

Desde un comienzo dijimos que Barranquilla superaría el reto impuesto por el coronavirus, así como en el pasado venció otras dificultades. Llegó la hora de levantar el ánimo y continuar con los proyectos que se habían trazado y que estaban suspendidos. Está demostrado que mientras no haya vacuna tendremos que 'convivir' con de forma responsable con el coronavirus. No hay de otra. ¡Vamos pa’ lante y ahora con más ganas!

¿Cómo afrontar los nuevos retos en medio de la pandemia?