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Por las declaraciones “infundadas” del presidente Gustavo Petro sobre la participación del secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, en el supuesto complot golpista del excanciller Álvaro Leyva denunciado por el diario El País de España citando fuentes cercanas a la Casa Blanca y en el que fueron mencionados políticos de ambos países y grupos ilegales y criminales como el ELN y el Clan del Golfo, vuelve a tambalear la relación entre Bogotá y Washington.

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Se trata, además, del choque de un gobierno de derecha dura como el de Donald Trump con uno de izquierda provocadora como el de Petro, que a diferencia de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y de Gabriel Boric en Chile, le hace con frecuencia fuertes críticas al país del norte sobre el trato a los migrantes, la guerra en Gaza, en Ucrania y el cambio climático, entre otros, poniendo en riesgo la frágil situación en la que se encuentra Colombia frente a EE. UU. en temas como el comercio y los visados.

Luego de que Rubio llamara esta semana a consultas al encargado diplomático en Colombia, John McNamara, y de que Petro en reciprocidad hiciera lo propio con el embajador en Washington, Daniel García-Peña, la emisora Blu Radio, citando fuentes de la embajada, reportó que lo que estaría buscando la Casa Blanca es que Petro se retracte de sus señalamientos contra el secretario de Estado.

Es posible que se trate de una respuesta a que el mandatario colombiano, el pasado 11 de junio, en una manifestación en Cali, hubiera hecho eco de una aparente denuncia del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela: “Dice un presidente vecino que Marco Rubio está organizando un golpe de estado contra mí. No lo puedo creer de un pueblo demócrata, que cree en las enmiendas de la Constitución de EE. UU. y que debe dialogar con los pueblos latinoamericanos que trabajan allá”.

Sin embargo, el jefe de Estado, esta semana, matizó aquello sobre todo tras la publicación del diario europeo del pasado fin de semana: “No creo que Marco Rubio esté en un golpe de Estado contra Petro, porque los señores de la extrema derecha que estaban en eso no llegaron a la oficina de Marco Rubio, sino a la de otros, y no me voy a poner a pendejear por eso”.

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Agregó Petro que “esos que están llevando a Trump hacia rupturas en América Latina, lo están llevando es para que se debilite todo el frente organizado de batalla que tenemos contra las organizaciones multinacionales del crimen”.

Y frente a los señalamientos de “matón narcoterrorista” del congresista republicano de ese país, Carlos Giménez, el mandatario colombiano respondió: “A los funcionarios de origen cubano de Estados Unidos les digo: escojan enemigo, nosotros no somos. (…) Yo no me arrodillo ni me dejo presionar. Ni me asusta un congresista diciéndome narcoterrorista. (…) Ni narco ni terrorista: rebelde, como fue Bolívar. ¿Qué quería Bolívar? Cambiar un Estado por otro, uno monárquico por uno republicano independiente, yo quería por uno democrático”.

Petro también recula un poco porque sabe, entre otras cosas, que EE. UU. es el principal socio comercial de Colombia: entre enero y mayo de 2025, Estados Unidos fue el principal destino de las exportaciones colombianas, con una participación de 29,8% en el total de exportaciones. Según el DANE, las exportaciones a ese país sumaron 6.099 millones de dólares, pero hubo una caída de 13,4% pues en mayo de 2024 se alcanzaron US$1.370 millones y este año fueron US$1.186 millones. El año pasado la relación comercial le reportó a Colombia 14 mil millones de dólares. En 2025 Estados Unidos le ha comprado 907 millones de dólares a Colombia en hidrocarburos, 662 millones de dólares en café, té y especias y 599 millones de dólares en vegetales.

Por ello, el Centro Democrático pidió a los ciudadanos que elijan en las elecciones presidenciales de 2026 un Gobierno que reconstruya la relación con Estados Unidos: “Hacemos un llamado al pueblo colombiano para que en las próximas elecciones de 2026 elija un gobierno que restablezca plenamente las relaciones con Estados Unidos, basadas en el respeto, la cooperación y la confianza”.

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“La situación actual exige una urgente reconstrucción de la relación entre ambos países, cuya alianza histórica ha sido fundamental para garantizar la seguridad y el desarrollo de nuestras naciones”, agregó el uribismo.

El excanciller Leyva se reunió, según el artículo del diario español, hace dos meses en EE. UU. con el congresista republicano Mario Díaz-Balart, en un intento por acercarse al secretario Rubio y ejercer “presión internacional” contra Petro para poner en su lugar a la vicepresidenta Francia Márquez. El excanciller tenía igualmente la intención de entrevistarse con el representante Giménez, según el diario.

“Rechazamos las declaraciones que califican a los congresistas estadounidenses Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez como ‘golpistas’, considerando que son amigos del pueblo colombiano y de los compatriotas que residen en Estados Unidos”, expresó al respecto el partido opositor.

El internacionalista y politólogo, experto en política de América Latina, Manuel Camilo González, le dijo a EL HERALDO que se trata de “si uno suma de enero hasta hace algunos días ciertamente lo que uno nota es que la relación bilateral entre Colombia y EE. UU. ha ido en picado no solamente en términos diplomáticos, como ciertamente podría haber sucedido desde la entrada de Trump, sino que se ha expandido a áreas que son sensibles para nosotros como por ejemplo la cooperación internacional, la seguridad y el comercio”.

Expuso en esta línea el catedrático de la Universidad Javeriana que “se ha instalado realmente un clima de desconfianza entre ambos gobiernos, por lo cual obviamente eso termina redundando en un escenario en donde cualquier declaración tiene un efecto muy grande de afectación para la relación bilateral, obviamente con el matiz de que particularmente en un mundo tan asimétrico entre EE. UU. y Colombia, nosotros somos los más afectados”.

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Enrique Prieto Ríos, doctor en derecho y experto en derecho internacional, puso de presente en EL HERALDO que “hubo algo antes que ha sido preocupante desde que llegó Trump y es que no tenemos un embajador norteamericano en propiedad, es decir tenemos un encargado de negocios que es el señor McNamara, con lo cual desde ya antes de que llegáramos a este evento de llamado a consultas ya había un mensaje claro por parte de la Casa Blanca y es que las relaciones con Colombia estén distanciadas y están frías, (...) y donde sí pueden haber algunos impactos es primero en temas de migratorios, de movilidad, es decir van a darse demoras en el trámite de visas de colombianos hacia Estados Unidos, se va a reducir el personal de la embajada norteamericana en Colombia”.

Y añadió el profesor de la Universidad del Rosario que “desafortunadamente tenemos dos presidentes que son muy vocales en redes sociales, pero aquí lo más importante es lo que no vemos y eso que no vemos son las relaciones diplomáticas que se dan no por las redes sino en estas cooperaciones que esperamos logren sacarnos adelante en este nuevo impase”.

Y Ricardo Abello, profesor de derecho internacional de la Universidad del Rosario, advirtió en EL HERALDO que “no hay certeza sobre qué fue lo que pasó, lo que sí sabemos es que el exministro Leyva sale tardíamente con unas cartas que debió sacarlas desde el principio para tener una verdadera credibilidad, entonces en este momento ya uno no sabe qué creerle y qué no al señor”.

Y concluyó el internacionalista que “hay una diferencia en que vayan personas y hablen con los Estados Unidos, que creo que todo el mundo lo ha hecho en su momento, también en el pasado ha sucedido, y obviamente otra cosa es que Estados Unidos asuma una posición al respecto, que no va a hacerlo bajo ninguna circunstancia”.

“El golpista es él”, dijo Leyva sobre Petro

Leyva aprovechó una entrevista con la revista Semana que “decir ‘sacar a este tipo’ es una expresión tonta. Tengo cartas públicas en las que le pido la renuncia al presidente con normas constitucionales en la mano”. Sobre la difusión de los audios, lo catalogó como “ilegal e inmoral”. Dijo que sus declaraciones fueron malinterpretadas para poder presentar una narrativa de golpe de Estado.

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“El golpista es Petro. Está enfrentando a las Cortes, al Congreso, gobernando solo para su sector. Lo que propongo es un acuerdo nacional dentro de la legalidad”, insistió, y se ratificó en los problemas que dijo que tiene el presidente con su salud mental y sus capacidades para ejercer el cargo: “Necesita ayuda profesional”.

“El golpe blando no era una exageración sino algo real”

El viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir, dijo en entrevista con Blu Radio que las palabras de Leyva ratifican que “el golpe blando no era una exageración sino algo real”. Apuntó que existen algunos sectores políticos que nunca aceptaron la victoria de Petro en las elecciones del 2022, algo que ha generado un ambiente político preocupante, porque han promovido bloqueos legislativos, noticias falsas y hasta cartas a gobiernos extranjeros para restarle legitimidad.

“No se trata solo de defender a Petro, sino de proteger el Estado de Derecho”, dijo Jaramillo sobre las supuestas conspiraciones para derrocar al Gobierno. De igual manera, aprovechó para asegurar que, a propósito de la crisis diplomática con Estados b, no hay ningún anuncio oficial sobre restricciones para colombianos en cuanto a las visas: “No ha habido retiros masivos de visas, ni demoras adicionales en los trámites. Reiteramos el llamado a la calma”. También negó que de parte de Estados Unidos se haya emitido nuevas sanciones o nuevas medidas en contra de Colombia.