Hoy lunes se cumplen cuatro días desde que la polémica empresaria del chance, Enilse López, fuera trasladada desde Barranquilla hasta Bogotá en medio de un operativo liderado por el Inpec, con el fin de hacer cumplir una condena de 37 años de cárcel por el homicidio de un guardia de seguridad.
Desde ese jueves en la noche, y hasta el momento, López se ha negado, tanto a consumir alimentos, como a dejarse practicar exámenes que determinen su estado de salud y la posibilidad de su traslado inmediato a una cárcel en Bogotá.
Según el general Gustavo Ricaurte, director del Inpec, López no ha hecho más que retrasar el proceso judicial que lleva en su contra. Con una actitud de completa desobediencia, la empresaria oriunda de Sucre alega que las condiciones de la Fundación Cardiovascular del Niño de Soacha, lugar en el que se encuentra recluida, son completamente inadecuadas. Estos reclamos los hizo a través de su abogado defensor Iván Cancino, quien manifestó que López no incumple el mandato judicial y que siempre ha sido colaboradora de la justicia.
"No es cierto que ella no esté cumpliendo, las condiciones en ese hospital no son las adecuadas, es de segundo nivel. Si un juez dice que tiene que ir a la cárcel, ella lo acepta", expresó el abogado Cancino.
Sin embargo, el general Ricaurte le indicó a EL HERALDO que la actitud de López, de entrar en una especie de huelga de hambre como protesta a su traslado, ya fue notificada al juez tercero de Ejecución de Penas de Barranquilla, que ordenó los exámenes de salud, para que éste determine qué se debe hacer: si se recluye en una cárcel o no.
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses manifestó el pasado 30 de agosto que la condenada empresaria del chance, Enilse López no padece quebrantos de salud que le impidan pagar su sentencia tras las rejas.