"No se no descarta que los autores del atentado incendiario pertenezcan a un grupo radical indígena.Un anciano matrimonio murió en un atentado incendiario el viernes cuando un grupo de encapuchados atacó su hacienda en el sur del país, en la conflictiva región mapuche, en un hecho que el ministro del Interior calificó de "acto terrorista".
El ministro del Interior, Andrés Chadwick, confirmó la detención de un sospechoso herido de bala en las cercanías del atentado y señaló que se aplicará la severa ley antiterrorista a los presuntos responsables.
"Estamos en presencia una vez más de un acto terrorista", sentenció el ministro.
Chadwick relacionó el hecho con el aniversario de la muerte del universitario Matías Catrileo, muerto por la espalda por un policía hace cinco años durante incidentes entre un grupo mapuche y la policía.
"Se está reivindicando la situación de Matías Catrileo. Estamos en la fecha del aniversario de la muerte de Matías Catrileo y ésas son las reivindicaciones que se están haciendo y los panfletos que se han encontrado", dijo.
El general de la policía Iván Bezmalinovic, jefe de la novena zona policial, señaló que el agricultor repelió a tiros el ataque e hirió a uno de los atacantes, que sería el sospechoso detenido y hospitalizado en Temuco.
Las víctimas fatales fueron el agricultor Werner Luchsinger, de 75 años, y su esposa Vivian McKay. Cerca de su hacienda fue detenido un mapuche con una herida de bala en el tórax, quien fue identificado como Celestino Córdova Tránsito, de 26 años y miembro de la comunidad mapuche "Juan Quintrupil".
El presidente Sebastián Piñera y Chadwick viajaron al mediodía a la zona en conflicto para entregar su pesar a los familiares de las dos víctimas y reunirse con agricultores, así como para disponer acciones destinadas a esclarecer los hechos.
El jueves por la noche en esta capital hubo una marcha de protesta por el aniversario del asesinato del joven mapuche. Su asesino recibió una leve condena y fue reincorporado a la policía. La marcha por el centro capitalino transcurrió pacíficamente, pero concluyó con desmanes de un grupo de encapuchados, que lanzaron bombas incendiarias contra locales comerciales.
La zona de la Araucanía, a unos 800 kilómetros al sur de esta capital, es escenario frecuente de protestas mapuches que reivindican la devolución de las tierras que les fueron arrebatadas durante la colonización de la región impulsada a mediados del siglo XIX. Grupos de encapuchados suelen atacar haciendas y camiones madereros que recorren la zona. El miércoles un camión fue quemado por desconocidos en el primer atentado del año.
Testigos señalaron a la prensa que los atacantes habrían sido cinco y que el agricultor Luchsinger se habría defendido disparando contra sus presuntos atacantes.
Jorge Luchsinger, primo de la víctima, relató desde la zona a radio Cooperativa de esta capital que la esposa de su familiar llamó a sus hijos para informarles del ataque que estaban siendo víctimas.
"Cuando un hijo llegó a los 15 minutos, la casa ya estaba en llamas y su mamá no contestaba el teléfono", expresó Jorge Luchsinger.
Policías que daban protección a otra hacienda cercana por ataques de encapuchados, que las autoridades atribuyen a grupos mapuches radicales, llegaron también luego, pero cuando ya el atentado se había consumado. Pero detuvieron al sospechoso a unos 1.500 metros del lugar.
El fundo Lumahue de los agricultores calcinados está a unos 25 kilómetros del sitio en que murió el joven mapuche el 3 de enero de 2008.
Jorge Luchsinger, que también ha sufrido ataques a su propiedad por encapuchados, acusó de incapacidad a las autoridades para controlar las acciones de violencia en la zona. "Está claro que la autoridad está totalmente superada", afirmó.
El periodista mapuche Pedro Cayuqueo, quien participa en dos publicaciones de su etnia, dijo telefónicamente a la AP desde Temuco que no descarta que los autores del atentado incendiario pertenezcan a un grupo radical indígena, aunque descartó que se trate de una acción terrorista.
Señaló que "con la familia Luchsinger hay una historia de conflictos de tierra por más de 40 años. Es un símbolo de lo que ha sido esa mala relación".
Agregó que "hablar de grupos armados coordinados con extranjeros es un absurdo. Hay grupos superminoritarios que se toman la justicia por sus propias manos".
En la conflictiva zona de empobrecidos indígenas se han registrado también acciones de violencia desmedida de la policía denunciados por el relator de Naciones Unidas para pueblos indígenas, James Anaya, y el chileno Instituto de Derechos Humanos. También los tribunales han ordenado mesura y han prohibido el uso de gases lacrimógenos contra mujeres y niños que la policía emplea durante allanamientos a comunidades mapuches.
SANTIAGO, AP
