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La Biblioteca Virgilio Barco de Bogotá, se convirtió el jueves 24 de marzo en el escenario en el que fueron presentados los resultados de los diálogos que más de 5 mil colombianos y colombianas llevaron a cabo, entre junio y diciembre de 2021, en el marco de la gran conversación ciudadana 'Tenemos que Hablar Colombia', donde cada uno expuso sus puntos de vista sobre los temas necesarios en el país.

Este proceso fue liderado por seis universidades del país: la Universidad del Norte, la Universidad de los Andes, la Escuela de Administración, Finanzas e Instituto Tecnológico (Eafit), la Universidad Nacional, la Universidad Industrial de Santander (UIS) y la Universidad del Valle; en alianza con el Grupo Sura y la Fundación Ideas para la Paz (FIP).

El evento inició a las 9 de la mañana con la presencia de académicos, dirigentes políticos, medios de comunicación, y toda la ciudadanía conectada de manera virtual a la transmisión.

Santiago Silva, gerente de Tenemos que Hablar Colombia, presentó los seis hallazgos más importantes de este ejercicio de diálogo ciudadano, los cuales dan cuentan del análisis de más de 374 mil palabras que surgieron de este ciclo.

El primero de ellos fue que quién conversa confía, lo cual se traduce en que más del 60% afirmó sentir confianza al hablar con desconocidos, así como satisfacción al poder contribuir con ideas al cambio social del país.

El segundo corresponde a que estamos más tristes que enojados, dado que la rabia no es la emoción predominante.

'La tristeza y el miedo son prevalentes cuando las personas hablan de lo que hay cambiar y mejorar en el país, mientras que la alegría es la emoción más recurrente al hablar de lo que debemos mantener o cuidar', expresó Silva.

El tercer hallazgo es que Colombia quiere un cambio, tras mencionar que seis de cada diez participantes señalaron aspectos en los que el país tiene que cambiar y con qué propósito. Entre ellos: la educación, la cultura y la corrupción.

El cuarto fue el conjunto de razones en las que basan las motivaciones de los dialogantes, tales como la educación para la formación del ejercicio ciudadano y la corrupción como obstaculizador del desarrollo.

El quinto hallazgo fue la agenda de la niñez, la cual estuvo marcada por cambiar la violencia, mejorar el medio ambiente y mantener los esfuerzos por la paz. Cabe destacar que más de 400 niñas, niños, adolescentes y jóvenes de todo el país participaron.

Finalmente, el sexto hallazgo tiene que ver con los responsables del cambio. Los participantes señalaron como responsables de muchas de las acciones propuestas a las entidades públicas y actores políticos. Sin embargo, los calificaron como poco confiables.

Paralelo a esto, personajes de la sociedad civil, como las universidades y colectivos como 'sociedad' y la 'academia', quienes también se mencionan como responsables de muchas de las acciones, se calificaron como muy confiables.

En clave de pensar el futuro del país 'Tenemos que hablar Colombia' propone seis mandatos que recogen el sentir de la ciudadanía colombiana:

1. Hacer un nuevo pacto por la educación

2. Cambiar la política y luchar contra la corrupción

3. Transformar la sociedad a través de la cultura

4. Cuidar la biodiversidad y la diversidad cultural

5. Construir confianza en lo público

6. Proteger la paz y la Constitución, como un horizonte compartido

Voces protagonistas. José Alfredo Aparicio, decano del Instituto de Estudios en Educación y coordinador de la iniciativa en la Universidad del Norte, expresó que 'se nota que las personas quieren hacer un nuevo pacto por la educación, entendiendo la educación en un sentido muy amplio, no solamente aquella que sucede en las escuelas sino una educación para la ciudadanía, para el cambio social'.

Agregó que 'en Colombia estamos cansados de la corrupción y necesitamos nuevas formas de hacer política, pero también queremos conservar las fortalezas de la Constitución del 91, nuestra biodiversidad y los acuerdos de paz que se lograron'.

Por su parte, Weildler Guerra, exgobernador de La Guajira, líder cultural y docente de la División de Humanidades, manifestó que 'este ejercicio no se trató de encuestas rápidas, sino de conversaciones en profundidad'.

Guerra Curvelo añadió que han sido notorias 'la fe en el diálogo, una inmensa confianza en la educación y en las instituciones universitarias, aquí se traza un camino para los candidatos y para todos los ciudadanos, y un gran compromiso de las universidades para estar a la altura de lo que los colombianos piensan de ellas'.

Santiago Silva, gerente de la iniciativa, anotó que los hallazgos superan la coyuntura política y deben ser introducidos en las agendas de todos los estamentos sociales.

'En los hallazgos y en los mandatos de 'Tenemos que hablar Colombia', no solo hay mensajes para los actores políticos, pues también los colombianos nos están planteando a todos los demás que trabajamos en la academia, en las empresas, a quienes son líderes comunitarios, a todos los que tenemos influencia sobre las decisiones que se toman en Colombia, la necesidad de urgencia del diálogo como forma de resolver conflictos y de hacer cambios', dijo.

La iniciativa. En 2021, seis universidades de todo el país —EAFIT, Nacional, Los Andes, Valle, Norte e Industrial de Santander— se unieron con el apoyo del Grupo Sura y la Fundación Ideas para la Paz, con el propósito de adelantar una gran conversación nacional y elevar la voz de los colombianos, sus preocupaciones y reflexiones, con miras al proceso electoral del año 2022. Para ello fue promovido Tenemos que hablar Colombia, un ejercicio metodológico transferido de la experiencia desarrollada en Chile

Los colombianos y las colombianas se reunieron para promover una conversación plural, diversa, incluyente y representativa para el país.

La información recogida será presentada a las comunidades, la opinión pública, las autoridades, los órganos de representación y a otros actores que puedan tenerla en cuenta en sus análisis y en la generación de políticas públicas.

'Tenemos que hablar Colombia' se traduce en el intercambio de ideas, valores, creencias y compromisos.