Cuando se veía sobre la mesa una propuesta, que de manera aparente mitigaría en un breve tramo el ‘embudo’ que se puede armar en el corregimiento de Palermo con el nuevo Puente Pumarejo, se ha iniciado un nuevo rifirrafe entre dos fuerzas políticas del Magdalena. La del gobernador electo Carlos Caicedo y la mandataria saliente Rosa Cotes.
El denominado embudo es una evidente muestra de imprevisión de la planeación del Estado, que invirtió casi 700 mil millones de pesos en un moderno puente de doble calzada a tres carriles, arribando a una estrecha vía que presagia un caos vehicular al llegar al vecino departamento si no hay una pronta solución.
La polémica comenzó después de que hace unos días fuera aprobada una partida de $131 mil millones para construir 3,6 kilómetros para darle un espacio suficiente a la movilidad en ese sector. La aprobación se hizo durante la sesión 71 del Ocad Caribe. Aparentemente era una tabla de salvación que se le da a la congestionada vía Barranquilla-Ciénaga, una de las más transitadas de la región y la de mayor nivel de accidentalidad fatal por el movimiento de camiones y buses al lado de vehículos particulares.
Resulta que el gobernador electo del Magdalena Carlos Caicedo pidió a la Procuraduría General de la Nación suspender el proceso de la construcción de esa doble calzada entre el nuevo Puente Pumarejo y el peaje de Palermo. El jefe del movimiento Fuerza Ciudadana consideró inapropiada la obra. Su argumento es que los recursos con los que se financiará provienen de las regalías y los del Magdalena son muy escasos. Cabe entonces el interrogante de si debe abrir una licitación pública o el concesionario de la vía debe asumir parte del valor de la obra, dado que es el que cobra los dos peajes de ese corto tramo entre Barranquilla y Ciénaga. Según Caicedo, con los $131 mil millones se podrían construir las primeras fases de las sedes de la Universidad del Magdalena en Ciénaga y El Banco.
Sobre la controversia, el gobernador del Atlántico Eduardo Verano considera que se debe tomar la decisión más conveniente para la región Caribe y la polémica debe llegar al seno del Ocad, en donde se aprobó la inversión. Los gremios a su vez estiman que urge garantizar la vía por la necesidad de continuar las obras necesarias para poder lograr la doble calzada Ciénaga- Barranquilla.
El tramo de 3,6 kilómetros incluye el deprimido hacia el puerto de Palermo, la salida y entrada hacia el municipio de Sitionuevo y dos retornos del puente. Además, mitigará el efecto que tendrá el Pumarejo cuando sea puesto en servicio y el tráfico de la Vía de la Prosperidad. Ahora mismo la vía a Ciénaga es departamental, pero su flujo es tan alto que podría ser de carácter nacional por la importancia que tiene para la capital del Atlántico y buena parte del país. Mientras tanto el peaje doble en un trayecto tan corto seguirá siendo cobrado por la concesión, como seguramente lo establece lo acordado en su momento con el Magdalena.