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Sabor Barranquilla, la feria gastronómica más importante del Caribe colombiano, acaba de apagar sus fogones. En la conmemoración de sus 15 años sobrepasó todas las expectativas con la asistencia de 25 mil personas y la obtención de ingresos por $2.500 millones.
Luego de dos años difíciles por el impacto de la pandemia -vale recordar que la edición de 2020 no se realizó y la de 2021 se llevó a cabo todavía bajo restricciones por el virus- los amantes de la magia culinaria que caracteriza la cocina sin fronteras o de puertas abiertas de la capital del Atlántico y del resto de la Costa pudieron desquitarse.
Fueron antológicos los banquetes que los espectadores disfrutaron durante los cuatro días que duró un evento realmente exquisito, en el que gracias a una nutrida agenda artística, el éxtasis de los sentidos alcanzó, como se deseaba, dimensiones de placentero deleite. Quienes anhelaban volver a disfrutar de la sazón tradicional de nuestras sabias matronas del Caribe o de las creativas innovaciones de los chefs locales e internacionales no volvieron a casa decepcionados.
Tal vez con unos kilos de más, pero absolutamente complacidos por las gratas experiencias en torno a un plato de calidad y bien preparado. Los organizadores de la feria acertaron con la puesta en escena de las distintas estaciones y tarimas usadas para intercambiar conocimientos, experiencias o actividades, en las que uno de los nuestros, el barranquillero Tulio Recomienda, uno de los más reconocidos influencers gastronómicos del país, fue protagonista. También los 40 restaurantes participantes y los 117 expositores, que con sus sabores, olores y colores rebosaron los espacios del Centro de Convenciones Puerta de Oro, superaron el reto y lo hicieron con creces.
Aplauso cerrado. Nada más entrañable que las emociones alrededor de una buena comida compartida con pareja, familia o amigos. Este es un componente intangible, pero de un valor incalculable, como ha quedado demostrado en estos tres lustros.
Lo que comenzó como una iniciativa de la Cruz Roja Colombiana seccional Atlántico y Fenalco, para sostener obras sociales destinadas a garantizar la seguridad alimentaria de menores de escasos recursos, se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una indiscutible fuente de desarrollo local, en la que encuentran cabida jóvenes emprendedores del sector gastronómico, cocineras ancestrales, afamados chefs o comerciantes de micro, pequeñas y medianas empresas.
Sabor Barranquilla es una feria con vocación de crecimiento permanente, tanto en su valiosa dimensión social como en lo económico, turístico o académico.
Por donde se mire, este evento que ha sido capaz de reinventarse en cada una de sus ediciones, se ha sabido ganar con reconocidos méritos el título de ser la mejor vitrina gastronómica de la región y una de las más influyentes en el ámbito nacional.
Su indiscutible aceptación asociada a lo que representa Barranquilla y su diversidad cultural, todo un tándem consolidado, funciona como un polo de atracción que debe ser promovido de manera decidida por el sector público y privado del departamento. No hay margen de error. Tras su puesta de largo, aún con el telón de fondo de su exitoso balance de este año y sobre todo, con un futuro que se antoja promisorio, no es equívoco empezar a trabajar desde ya por redoblar la apuesta para expandir sus potencialidades.
Siempre habrá mejoras a considerar, en especial cuando los desafíos se tornan más ambiciosos. Es clave fortalecer aspectos relacionados con cultura ciudadana entre los asistentes, facilidades de transporte público o limpieza en el recinto ferial, cuyo aforo por momentos parecía superado por la masiva asistencia. Nada irresoluble. Solo requiere alinear voluntades. Y de eso, sabe de sobra Patricia Maestre, su directora, quien sueña con hacer de Sabor Barranquilla un referente de la cocina del Gran Caribe a nivel internacional” con una gran cantidad de visitantes nacionales y extranjeros. Conviene estar preparados para recibirlos.
La industria de eventos y negocios, y de la gastronomía representan cerca del 9 % del empleo en Barranquilla y su área metropolitana. Muchos de ellos vinculados directamente a la cadena de valor del turismo, indiscutible dinamizador de la economía local, por lo que impulsarla, producirá un retorno económico importante a la ciudad. Sabor Barranquilla tiene la llave para hacerlo. Difícilmente, se encontrará un evento con un modelo de éxito más estable para este propósito.








