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Entre recortes de periódicos y escuchando comentarios de hinchas de antaño, descubrí, hace mucho tiempo, que en mi casa vivía un ‘crack’, el mismo que me dio la vida hace 26 años y que en 1977, defendiendo los colores del Junior, alzó la primera estrella de las siete que tiene el equipo rojiblanco. Él es mi padre, Luis Alfredo Cabeza Sanjuán, un exvolante ‘10’ exquisito que no pudo ser grande (pese a su talento) porque le tocó vivir bajo la sombra del jugador extranjero.

Luis Cabeza junto a su amigo en Junior, ‘Ringo’ Amaya.

¿Y qué hay de la vida de Luis Cabeza?

Estoy viviendo y trabajando en Bogotá. Me vine de Barranquilla en el 2006 y comencé a trabajar en un colegio público, luego pasé a laborar en la escuela de fútbol de Arnoldo Iguarán y desde el 2008 soy profesor de Educación Física y fútbol en el colegio Liceo de Cervantes El Retiro.

¿Qué fue lo mejor que le pasó siendo jugador de fútbol?

Jugar en el equipo de mi tierra. A Junior, en ese momento, era muy difícil llegar para el jugador barranquillero. El extranjero tenía más posibilidades.

Pese a todo salió campeón en 1977...

Sí. Estar en la historia de Junior por lograr la primera estrella me llena de orgullo.

¿Cómo fue la obtención del título?

Estuve de suplente y fue en Bogotá ante Santa Fe, equipo que no tenía ya nada que hacer. No fue un partido tan complicado para nosotros.

¿Y cuánto duró la celebración?

Prácticamente todo el año (risas). Fue un Carnaval más en Barranquilla. Recuerdo que en el carro de bomberos Verón me pidió el favor que le asegurara un bolso. Ahí cargaba un montón de dólares. En ese tipo de celebraciones va toda clase de personas, el que realmente va a disfrutar y el que va a hacer su maldad.

¿Cómo se la llevaba con la ‘Bruja’ Verón?

Nos entendíamos mucho en el campo y jugábamos de memoria. Ya él sabía dónde tenía que picar y yo sabía dónde tenía que dársela. Verón me decía que yo podía ser el mejor 10 de Colombia en ese momento. Me daba muchos consejos, era un gran jugador, pero mucho más como persona.

¿Es verdad que un periodista venezolano lo confundió con Verón?

(Risas) Sí. Resulta que en un partido amistoso que se hizo en Maracaibo Verón no fue a jugar porque estaba lesionado y yo ese día no jugué con la 10, sino con la 11. Al finalizar el partido el periodista me llamó Juan Ramón Verón y yo, por no hacerlo quedar mal, le seguí la corriente. Pero bueno, son recuerdos lindos.

¿Y cómo le iba con Alfredo Arango, otra de las competencias que tenía en el mediocampo?

Con Alfredo me iba muy bien. Él era samario como mi mamá y por eso el gran aprecio. Me daba muchos consejos. Una vez teníamos que jugar contra Bucaramanga en Barranquilla y él había superado una lesión, pero quería que yo jugara para que me mostrara. Me dijo: 'Lucho yo ya estoy bien, pero quiero que tú juegues y que muestres tu talento'. Entrené fuerte y resulta que Varacka metió a Comesaña de volante ‘10’. Algo absurdo porque Julio era defensivo, un león en la cancha, pero para atacar no era el indicado. Alfredo sintió rabia ese día y yo mucha tristeza.

¿El extranjero era el que reinaba en esa época?

Siempre estaban los extranjeros. Era la época de la droga, traían jugadores para lavar dólares, aparte de eso existían los nacionalizados y nos desplazaban a nosotros los colombianos. También se veía la figura del empresario que era amigo del técnico y le ponía un jugador y cobrar la tajada. Así de sencillo.

¿A Junior llegó algún jugador bajo esa última condición?

Aquí trajeron a un tal Alberto Beltrán y otro llamado Otmar Pellegrini. Daba tristeza verlos jugar, pero jugaban y desplazaban a un Bonifacio Martínez, quien era un jugadorazo, muy superior a los que llegaban.

¿Y Varacka lo ayudó?

En cierto modo me ayudó. Me decía que esperara mi momento porque yo era un extraordinario jugador, y que debía esperar mi momento.

¿Qué pasaba con Varacka cuando lo pedía la tribuna para que jugara?

(Risas) Hubo un partido en que la gente me pedía junto a otro jugador, Aníbal ‘el Loco’ Cibeyra. Ese día entramos y le salvamos el partido a él. Luego me dijo un periodista que la reacción de Varacka ante la insistencia de la gente conmigo fue decir: ¡Qué, Pelé! Después de eso yo rogaba para que la gente no me pidiera porque el técnico era muy terco. Decía: 'Dios mío que no me pidan para que este viejo me ponga' (risas).

¿Es cierto que Gabriel Ochoa Uribe lo fue a buscar en su casa, en el barrio Olaya, para que jugará en Millonarios?

Yo representé, en Bucaramanga, al Atlántico en 1973 y fuimos subcampeones. En 1974, en Pereira, también nos destacamos. Esa Selección la dirigió Antonio Julio De la hoz y era un equipo muy famoso, habían intereses en nosotros. Gabriel habló con mis padres para que me dieran permiso, pero yo estaba terminando mi bachillerato y le dije que me esperara. Él aceptó, con la condición que no jugara en Junior. Lastimosamente no se dio.

¿Se arrepiente de perder esa oportunidad?

No sé que habría podido pasar. En Millonarios jugaban Wilington Ortiz y Alejandro Brand, dos monstruos. Pero no me arrepiento porque era una ilusión mía jugar en el Junior.

¿Por qué duró solo cuatro años como jugador profesional?

Circunstancias de la vida. Habían jugadores extranjeros que no debían estar y seguían ahí. Jugué en Junior desde 1976 hasta 1979.

¿Ningún otro equipo se interesó en sus servicios?

Un equipo llamado Petroleros de Zulia me quería. Le pedí mi pase a Fuad Char, me lo dio y viajé a Venezuela porque allá ganaría buen dinero. Luego allá todo se desmoronó y volví a Colombia porque el técnico del Tolima, ‘el Chema’ Rodríguez, estaba interesado en mi, pero luego me dijo que el senador Gabriel Camargo, una persona nefasta para el fútbol, le parecía muy cara mi ficha. Ese día, ante tanta depresión, decidí dejar el fútbol.

¿Y nadie de Junior lo buscó?

Nadie. Junior me abandonó.

¿Y no se arrepiente de no haber ido a Junior?

Sí. Me hubiese gustado volver a hablar para jugar.

'Quien me vio jugar sabía que yo podía darle más a Junior'

¿Y se retira pese a que estuvo un año antes en la mira de la Selección Colombia?

Sí. El técnico Blagoje Vidinic pidió referencias mías y me quería tener, pero al final terminó siendo solo prensa.

¿Y los hinchas del Junior no le pedían que volviera?

Siempre, en las calles. Quien me vio jugar sabía que yo tenía para darle más a Junior y a cualquier equipo.

¿Cómo quien jugaba?

Yo jugaba como Cuadrado (Juan Guillermo), solo que él tiene más velocidad. Yo era gambeteador, menos goleador, pero más pase-gol.

¿Cómo fue el gol que le hizo a Santa Fe, único tanto en su carrera?

Fue un domingo de Carnaval. Ganamos ese día y mi gol fue luego de un cobro de tiro de esquina de Epifanio Medina. La pelota quedó en el área y yo aproveché para darle un toque sutil con la pierna derecha.

¿Es cierto que Édgar Perea le criticó el afro?

Sí (risas). Ese era el corte de moda. Lo tenía Diego Edison Umaña y muchos más, pero el problema fue que me comí un gol a dos metros del área, porque con el afro la mandé arriba. Me dijo de todo, que yo no veía, que me tenía que motilar.

¿No hubo otro caso curioso en su época, ya sea una pelea o algo?

En Pereira, Alfredo ‘Pato’ Araújo le dio una muñequera a Delménico. El ‘Pato’ era bueno para pelear, pero nunca supe el por qué del encontrón.

¿En esta época estaría jugando en Europa?

Sí, sin duda. Era un jugador gambeteador e inteligente.

¿Con quien quiso jugar y nunca pudo?

Con Willington Ortiz. Tenía una habilidad que yo no he visto en otro jugador colombiano.

¿Qué hizo después de dejar el fútbol?

Compré un taxi con los ahorros que tenía y lo manejé durante 13 años. Fueron momentos duros porque me tocó rebuscarme la comida de mis hijos.

¿Por qué le puso a uno de sus hijos Edson Arantes, quería que jugara fútbol sí o sí?

(Risas) Le quería hacer un homenaje a mi ídolo, Pelé. Eso fue un problema con la abuelita de él porque querían llamarlo Eduardo José, pero ya tenía hablado con mi esposa (Luz Marina Jabba) que él se llamaría como Pelé. Yo quería que jugara, pero salió periodista.

¿Cómo ve al Junior de ahora?

Muy bueno, con un entrenador carismático y buena persona como Alexis Mendoza. Tiene jugadores que desequilibran como Vladimir y espero que ganemos la octava estrella.

¿Usted estudió Licenciatura en Educación Física y dirigió la Selección Atlántico en 2003, le gustaría trabajar algún día en Junior?

Nunca le diría que no al Junior.