El campo de Royal Portrush, en Irlanda del Norte, acoge a partir de este jueves la 153 edición del Abierto Británico de golf, el último grande de la temporada, donde parte como favorito el campeón este año del Masters de Augusta, Rory McIlroy, quien juega en casa, secundado por el líder de la clasificación mundial, el estadounidense Scottie Scheffler, y otras figuras como el español Jon Rahm.
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McIlroy, de 36 años y número dos del mundo, ya alzó la Jarra de Clarete en 2014 y su regularidad, además de contar con la afición de su lado, lo sitúan en cabeza para ganar su sexto ‘major’ en un torneo que reunirá a las grandes figuras del golf, con un total de 156 jugadores, de los que 19 tienen el título.
“El hecho de estar aquí en Portrush con la chaqueta verde (como ganador en Augusta), habiendo completado ese sueño de toda la vida, quiero hacer todo lo posible para disfrutar ante los aficionados. Y al mismo tiempo, quiero ganar este torneo de golf y siento que soy muy capaz de hacerlo”, dijo el norirlandés en su comparecencia ante los medios el pasado lunes, en la que evocó el récord que hizo del campo con 16 años al firmar tan solo 61 golpes.
Con un recorrido de 6,7 kilómetros -el quinto más largo de la historia del torneo- y par 71, Royal Portrush, un ‘link’ (campo costero) situado a unos cien kilómetros de Belfast, repite por tercera vez como sede del único grande que se juega en suelo europeo y el de más solera, después de que lo fuera en 2019, cuando ganó el irlandés Shane Lowry, y en 1951.
A pesar del buen estado de forma de McIlroy, las quinielas están abiertas en un torneo en el que el también irlandés Padraig Harrington fue el último en lograr dos victorias seguidas (2008 y 2009), lo que prueba la incertidumbre sobre el vencedor.
A las peculiaridades del campo, con algunos ‘greenes’ al borde de acantilados, se suma otro factor que puede ser decisivo en el transcurso de los cuatros días de competición, como es el tiempo, al preverse lluvia e inestabilidad.
Con McIlroy, el otro favorito es Scheffler, líder sólido del ránking mundial en los últimos dos años y ganador de la pasada edición del Campeonato de la PGA, si bien en su contra está que cuenta con una menor experiencia en los ‘links’.
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Scheffler sorprendió ayer, miércoles, con unas declaraciones en las que confesó que el golf no le llena del todo.
“¿Satisface el golf mis deseos más profundos? Para nada (…) Llegas al número uno del mundo y te preguntas ¿para qué?”, subrayó el de New Jersey, de 29 años, quien añadió que más que ser el mejor golfista, su prioridad es su familia.
Scheffler abrirá el torneo con su compatriota Collin Morikawa y Lowry. Otra terna de gala será la compuesta por el actual poseedor de la Jarra de Clarete, Xander Schauffele, y el del último Abierto de Estados Unidos, J.J. Spaun, ambos estadounidenses y bien situados también en las apuestas, junto con Jon Rahm.
El jugador vasco, que llega en su mejor momento de forma, afronta el reto de hacer historia para el golf español.
De subir a lo más alto del podio en Royal Portrush, sería el primer jugador español en sumar tres ‘majors’ diferentes, al tener ya un Abierto de Estados Unidos (2021) y un Masters de Augusta (2023) y el segundo en lucir en el palmarés del Abierto Británico con Severiano Ballesteros, vencedor en tres ocasiones, la última, hace 37 años.
Con Rahm, habrá otros dos españoles, el veterano Sergio García, en su ‘major’ número 102, de los que 26 son en el ‘British’, en el que no jugó el pasado año, y el malagueño Ángel Hidalgo, que por segundo año consecutivo ha obtenido billete a través del torneo clasificatorio.
Otra de las figuras que llega a Irlanda del Norte con empuje es el chileno Joaquín Niemann, líder del LIV Golf, el circuito financiado por Arabia Saudí, con cuatro torneos ganados esta temporada.
La participación de golfistas latinoamericanos en el torneo organizado por el Royal and Ancient Golf Club de St Andrews (R&A) la completan el mexicano Carlos Ortiz, el colombiano Nicolás Echavarría y el venezolano Jhonattan Vegas.
Entre los inscritos, destaca el regreso del británico Lee Westwood, quien llegó a ser número uno del mundo en 2010 al desbancar a Tiger Woods y ha permanecido alejado de los ‘majors’ desde 2022 tras su marcha al circuito LIV.
A sus 52 años, Westwood disputará su edición número 28 en el último grande de la temporada, aunque nunca ha ganado el torneo.
Entre los 156 participantes, de los que 70 pasarán el corte después de la jornada del viernes, hay representantes de 31 países, con República Checa y Estonia como debutantes con sendos jugadores amateur.
El Open Championship tiene este año la misma bolsa de premios que el año pasado, con 17 millones de dólares (14,6 millones de euros), de los que 3,1 (2,6 millones de euros) irán al vencedor.
La competición tiene el atractivo añadido de que es escaparate para aquellos jugadores que aspiran a formar parte de los equipos europeo y americano que disputarán la Ryder Cup en Nueva York a finales de septiembre.