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El agua está a 4º y el aire a -15º. En principio no es el plan ideal para cabalgar las olas con una tabla de surf, salvo en Lofoten, unas islas al norte de Noruega donde se surfea en pleno invierno.

Christina Kolbu y su amiga Solmoy Austbo, ambas estudiantes, viajaron durante tres días desde Stavanger (sudoeste) en una minifurgoneta que también les sirve de hotel y que ahora estacionan en la playa de Unstad.

En el interior de esta camioneta con reminiscencias hippies se atavían con una combinación íntegra, capucha, calcetines y guantes incluidos.

Al salir del agua, caen unos grandes copos de nieve y es entonces, según la opinión general, cuando hace frío, mucho frío.

'Prefiero surfear en agua fría, por eso vine aquí', explica Unn Holgersen, veterinaria de 32 años instalada desde hace un año en Svolvaer. 'Me encanta esa sensación de salir del océano y morir de frío y tener que meter los pies en un cubo de agua caliente y cambiarse rápidamente', enumera deleitándose.