Cada vez que sus pasos lo acercan al coliseo cubierto Humberto Perea, miles de recuerdos llegan a su mente.La felicidad lo invade, pero es efímera, se va con tan solo levantar su mirada. Por eso prefiere pasar con los ojos enterrados al piso.
Sentado en una silla azul de plástico, Juanito Herrera, legendario entrenador de boxeo del Atlántico, narra con la voz apagada lo que siente cada vez que ve el deterioro en el que está el escenario deportivo, ese mismo en el que en 1968 ganó el campeonato nacional de boxeo en la división mosca ligero. 'Es deprimente ver lo que está sucediendo con el coliseo cubierto, un escenario que dio tantas glorias, porque por ahí pasaron varios campeones mundiales de boxeo', cuenta con nostalgia el habitante del barrio Abajo.
Herrera pide a gritos alguien que se interese por el Humberto Perea, añora esas épocas en las que los boxeadores iban y no tenían ningún tipo de restricciones para ingresar al escenario.
Los amantes de la práctica del boxeo le dijeron adiós con dolor al emblemático coliseo el 4 de junio de 2008, cuando merced a una orden judicial en la que se aducía fallas en la estructura y por ende riesgo para la integridad de los deportistas, fue cerrado por la administración distrital de aquel entonces. Los pugilistas se marcharon al estadio Metropolitano, pero allá no se sienten del todo cómodos, pues en ocasiones cuando la Selección Colombia o el Junior entrenan en privado no pueden ingresar.
'El coliseo en realidad no tiene un doliente, se está perdiendo un sitio que es necesario aquí en la ciudad, no solo para la práctica del boxeo sino, para el baloncesto, voleibol y otras disciplinas. Me gustaría que se hiciera algo, porque en realidad lo estamos necesitando mucho', agrega.
Juanito se levanta de la silla camina hacia el interior del gimnasio, en donde varios jóvenes intentan formarse como boxeadores. Uno de los que les enseña a esos futuros pugilistas es Mario Miranda Marañón, otro que se engrandeció en el coliseo y que asegura que el escenario se ha deteriorado por pura 'negligencia'.
'Me da mucho dolor ver la negligencia directiva, no hay una gestión para recuperar un escenario y ayudar al deporte. Estamos en la debacle, no podemos tener un escenario en bellas condiciones', expresa con impotencia Miranda.
El coliseo fue construido en el Parque 11 de Noviembre para los VI Juegos Bolivarianos de 1961 y fue bautizado con el nombre de Humberto Perea, en homenaje al atleta y deportista barranquillero, campeón nacional de los 100 metros planos y campeón en tiro de la jabalina. El 15 de diciembre de 1979, se disputó un primer título mundial. Enfrentándose el colombiano Ricardo Cardona y el argentino Sergio Víctor Palma, por la categoría Supergallo.
Esas épocas de gloria pasaron, hoy solo quedan escombros, grietas, charcos de agua y un panorama oscuro, así como los interiores del coliseo. Recorrer cada rincón del Humberto Perea es tenebroso, el olor a orín se percibe en la zona en donde estaba ubicada la cancha de microfútbol. El dibujo de dos boxeadores y un juez se resiste a perder el color. Eso es lo más vivo que se percibe en el otrora gimnasio de boxeo del Humberto Perea, lo demás es basura. Pero qué decir de los alrededores del escenario la maleza abunda, la inseguridad se palpa con tan solo echar un vistazo.
Stewil Quesada, periodista deportivo y experto en boxeo, afirma que la decadencia del coliseo Humberto Perea viene desde la década de los 90, cuando dejó de utilizarse para eventos de gran envergadura. Al mismo tiempo evoca la última gran velada de boxeo que se realizó en el coliseo.
'La decadencia viene desde la segunda parte de la década del 90. Cuando antes había los conciertos, las programaciones de boxeo e incluso los festivales de orquesta. Recuerdo que en el año 1997 cuando hicimos el torneo Julio Gerlein Comelín quisimos meterle un dinero y no dejaron, dijeron que no se podía invertir, recuerdo que íbamos a poner una ventana. Se podría decir que en septiembre de 1998 se hizo la última gran velada, cuando Ener Julio disputó el título mundial', sostuvo Quesada.
César Martínez, arquitecto y patólogo barranquillero, previó desde el año 2003 lo que podía pasar con el coliseo, que ese entonces ya presentaba una pequeña lesión, que no se corrigió. Esto agregado a la falta de mantenimiento llevó al estado deplorable en el que se encuentra actualmente el Humberto Perea. 'En el año 2003 había hecho un proyecto, en donde había ciertas lesiones producto de unas humedades. El problema del coliseo es que la cantidad de tuberías son de hierro y esas tuberías entraron en proceso de oxidación y había una cantidad de filtraciones de diferentes partes', explicó el Martínez, quien hizo en afínales del año 2009 hizo un estudio patológico del coliseo.
Julio Torres, presidente de la federación colombiana de boxeo, cree que el nivel del boxeo en el Atlántico decayó a partir del cierre del coliseo, pues los boxeadores se alejaron y a algunos se le hace complicado asistir al estadio Metropolitano. 'Hay menos practicantes, el coliseo tenía su historia. Allá se hicieron Ener Julio, Fidel Bassa, entre otros.
Éramos independientes, no teníamos tantas restricciones como ahora. Nunca se le ha dado mantenimiento a este escenario, pareciera que no les interesara el deporte', sostiene el dirigente deportivo.
Un saco de boxeo sigue colgado en la entrada el coliseo, quizá sea una señal para que las autoridades competentes se den cuenta que un escenario de tanta magnitud no se puede acabar.
Juanito Herrera no pierde la fe, y Mario Miranda Marañón anhela volver al Humberto Perea, pero esta vez como entrenador de boxeo.
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