Que Navidad nos llene de paz, salud, sabiduría y verdadera prosperidad. Que en nuestros hogares reine la armonía; que en las calles desaparezca la inseguridad; que la violencia no siga ejerciendo su poder; y que, en el gobierno, por fin, prevalezca la honestidad.
Y como si fuera poco, el episodio del fallo del Consejo de Estado sobre la transmisión de los consejos de ministros por canales privados, en el que, no contento con haber recurrido el fallo, ha ejecutado toda clase de maniobras para incumplir lo ordenado.
La trazabilidad, además, como exigencia de seguridad sanitaria de Estados Unidos, ha sido un escollo para exportar carne a ese mercado de altos precios, cercano y desabastecido; una oportunidad que podremos aprovechar.
La transición no se pregona en discursos colmados de sofismas de distracción; se gestiona sin afectar a la sociedad que pretende proteger. Diseñada desde la ilusión generaría una crisis que afectaría el ya frágil equilibrio de nuestro sistema energético.