El propósito del sistema de justicia transicional no es concederle la última palabra a las Farc, pero sí propiciar el espacio tanto para el reconocimiento de responsabilidad como el esclarecimiento de la verdad. Esta semana se conoció el contenido de la carta remitida por las Farc ante la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad (SRVR), en la que se reconoce la responsabilidad por el homicidio de Álvaro Gómez Hurtado; hecho que ha dejado al país desconcertado frente a las múltiples teorías que este caso ha tenido. El magnicidio de Gómez Hurtado es uno de los hechos que ha marcado la lamentable historia de asesinatos de líderes políticos y pensadores en el país y es, sin lugar a dudas, uno de los casos en los que Colombia más ha exigido que se haga justicia y se sepa la verdad.

Si bien las Farc sostienen ser responsables de estos hechos y como prueba tendrían el libro Cartas y Documentos de Manuel Marulanda Vélez (1993- 1998), lo cierto es que hay una serie de círculos sociales y políticos en los que esta atribución de responsabilidad no ha calado. Al respecto, si familiares de Gómez Hurtado no creen en la veracidad de la confesión de las Farc, tienen pleno derecho a participar en las audiencias y controvertir las pruebas que se presenten ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Lo que está claro es que la Comisión de la Verdad tendrá un papel esencial en la aclaración de estos hechos, permitiendo que más allá de la versión brindada por las Farc, se escuchen los aportes a la verdad que quieran hacer otros actores políticos, militares, víctimas o terceros.

Que las Farc asuman responsabilidad no debe conllevar al cierre del proceso judicial que se adelanta ante la justicia ordinaria por el caso de Gómez Hurtado; lo correcto sería que primero se comprobara si lo que afirman las Farc es cierto y posteriormente se tomen las determinaciones a las que haya lugar para definir qué tribunal tiene competencia para conocer de este caso.

Ahora, lo cierto es que el caso de Álvaro Gómez Hurtado será uno de los primeros en los que se podría llegar a conocer lo que verdaderamente sucedió, quiénes más estuvieron involucrados y el porqué de este magnicidio. Es precisamente este el propósito de la justicia transicional, conocer quiénes son los responsables por los crímenes cometidos durante el conflicto, así como brindarle al país y a las víctimas la posibilidad de conocer la verdad. La verdad es una forma de justicia; para que esta exista se deberán examinar las diferentes versiones del conflicto.

Las experiencias de las comisiones de la verdad en países de Centroamérica y Suramérica derivaron en la revelación de crímenes y ataques sistemáticos y generalizados contra la población civil, que de otra forma no habrían podido conocerse. Colombia tiene una inmensa oportunidad para conocer los hechos que han marcado la historia del país y el conflicto armado con las Farc. Para esto, será pertinente que se tome la experiencia de las comisiones de la verdad de Argentina, El Salvador, entre otras.

@tatidangond