En el 2011 Ernesto McCausland leyó algunos artículos escritos por mí para El Informador de Santa Marta, le gustaron mucho y me envió un correo invitándome a escribir esta columna semanal en EL HERALDO que hoy cumple 10 años desde su primera publicación. Cuando recibí el mensaje de Ernesto pegué el grito en el cielo, pues no solo había soñado con escribir en EL HERALDO desde muy pequeña, sino que tenía una profunda admiración por el trabajo periodístico de McCausland. En estos últimos 10 años han quedado plasmadas en mis columnas cambios importantes que ha vivido el país como toda la negociación y firma del Acuerdo de Paz con las Farc, o la evolución de derechos fundamentales como los de la comunidad LGTBIQ.

Hoy ad portas de mis 30 años y con las mismas ganas de seguir escribiendo como cuando comenzó este espacio quiero compartir algunos aprendizajes con todos aquellos jóvenes que hoy quieren escribir o dedicarse al periodismo de opinión. Empezaría por decir que las críticas hay que recibirlas con beneficio de inventario, como aquellas que vengan de personas que traten de invalidar los argumentos de un joven escritor bajo la semblanza de que más sabe el diablo por viejo que por diablo. La visión fresca de un joven es tan válida como la de alguien con años de experiencia, y me atrevería a decir que, dado que los años son inversamente proporcionales a la capacidad de tomar decisiones arriesgadas, la juventud tiene la virtud de ver el mundo sin tantos tapujos y de expresarlo sin miedos.

Mi segundo consejo y deseo para los nuevos columnistas es que pierdan la intención de ser aceptados o aprobados por todos los lectores, pues no existe nada más tramposo que escribir para brindarle satisfacción a los demás. Escribir para ser popular no solo es malo para el que escribe sino para quien lee, pues este último no tendrá la posibilidad de leer a alguien que cuestione aquello que se asume como una verdad absoluta y que tal vez no lo sea. Este tema merece especial atención en nuestros tiempos, pues estamos llegando a creer equivocadamente que una buena columna es aquella que se hace viral en las redes, cuando lo cierto es que más que opiniones populares necesitamos verdaderas opiniones auténticas que despierten cuestionamientos sociales o políticos, que nos liberen del aburrido statu quo al que estamos sucumbiendo.

Para las mujeres jóvenes que quieren empezar a escribir les anticipo que el machismo será la herramienta desesperada que utilizarán muchos que no saben como controvertir con argumentos serios, por lo que al machismo no hay que darle tregua y una forma inteligente de hacerlo es compartiendo con absoluta seguridad tu opinión y criterio, sin que importe lo que la masculinidad tóxica tenga por decir.

En este décimo aniversario como columnista de EL HERALDO recuerdo con nostalgia y gratitud a aquellos mentores que han marcado mi vida y mi carrera, agradezco a la inmensa red lectores que ha estado conmigo en este proceso y a mi familia que es el motor de mi ser.

@tatidangond