Pese a que Nicolás Renowitzky sostiene que las columnas de opinión aran en el mar, y que ningún funcionario las acoge o considera, hay que insistir hasta el cansancio, que algo queda. Por ejemplo la insistencia en conformar una “bancada del Atlántico” que, al igual que la Bancada Caribe, se constituya en elemento de presión en busca de beneficios, en esta caso, locales. Ya regionalmente la bancada caribe arroja resultados, como en lo de la energía, que con su apoyo Jaime Pumarejo convocó y reunió a todos los alcaldes del Caribe para tratar el tema y presionar soluciones.

“Comisión de Regulación de Energía y Gas”, tronco de nombre para ocho tipos con demasiadas atribuciones que se autodenominan “expertos” sin que se sepa en qué lo son. El caso es que los nombra el presidente y, nunca se ha sentado un costeño en sus deliberaciones (de paso, hoy en el empalme tampoco), y eso que desde los años ochenta, o sea cuarenta años atrás, está dando lora y reglamentando nuestras tarifas de energía, sin mencionar el gas. Son cachacos en mandos medios decisorios para quienes el concepto de país se limita a su escritorio y a unos números en los que se dicen expertos.

Acuérdense de aquellos tipos que multaron a los municipios de ribera de Colombia por gastar demasiada agua pues dejaban sin el preciado líquido a los ubicados río abajo, y les costó entender que Barranquilla es el último municipio del Magdalena, así que lo que economizara iría al mar.

No pueden tales “expertos” entender que las condiciones en el Caribe son muy diferentes a las del altiplano, aquí la gente tiene que prender por lo menos un abanico, y las oficinas deben contar con aire acondicionado. O sea, la necesidad es aquí mayor que en el interior del país y, por tanto, corresponde equilibrar los costos, independientemente de números, cifras, cuadros y fórmulas Creg, que por cierto nadie puede descifrar, que lo hacen enredado para que sean inentendibles. El problema, entonces, es de conocimiento del país, equidad, y sentido común.

¿Gente? ¡Tenemos de sobra! Hay entendidos como Karen Schutt, Edgardo Sojo, Osvaldo Ballestas; aplicados como Carlos Pantoja, Ricardo Plata, Carlos Cure, Alberto Merlano, en fin, larga lista de quienes con seguridad lo harían mucho mejor que los que están. Así que la ausencia Caribe es por falta de gestión y de presión parlamentaria, lo que debe ser propósito de la Bancada Caribe.

Igual con la distribución: Mucho sufrimos a Electricaribe, bien ido, no invirtieron lo exigido. Pero hoy nos quejamos también de Air-e su reemplazo que, aunque el servicio aún no satisface, compra caro luego nos vende caro y, según la ejecutiva Chechi Donado, hace su mejor esfuerzo, avanza en inversiones, y hay que darle margen de espera.

Se plantea que la nación asuma los costos de las pérdidas; absurdo porque son robos que el estado no puede fomentar. La jugada simple es equilibrar los precios en bloque según las condiciones del demandante de energía, subsidiando al generador, algo que nos ayude sin lesionar a ninguna región.

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