La suerte está echada. En estos momentos se está llevando a cabo el paro, o protesta, o ambos, que unos grupitos ansiosos de poder han organizado para intentar doblegar al gobierno y que, para no espantar incautos, presentan como pacífica marcha. Evidente que se trata de lo que el día de su derrota anunció el ardido Petro: Se opondría al gobierno a punta de paros y protestas. No habló de marchas, porque le sonaban tontas, sin agresividad. O sea, hoy se cumple una de sus metas, y hay gente que de gancho ciego le hace la segunda. Lo malo de la cosa es el propósito de desestabilizar al gobierno, y que esperan todo pueda salirse de madre, como en Chile, que fue devastadora, y que los gancho ciego de allá son los más arrepentidos de haberse prestado como cómplices del desastre que dejaron.

Promotores y financiadores ya no apelan al trasnochado estribillo del imperialismo gringo, del neoliberalismo fuente de desigualdad, y de las contradicciones del capitalismo y su depredador consumismo. No. Eso ya no convoca. Ahora, para atraer despistados, buscan temas más locales y más sensibles, no importa sean inventados, o ya estén resueltos. Duque y su gabinete, en teoría de puro ingenuos, pero fijo como parte del libreto, aparecen seguido aclarando y explicando las mentiras y tergiversaciones de la convocatoria, aunque saben que pueden decir lo que sea, hacer como mico, que la decisión está tomada: Ya están contratados los grupos revoltosos; ya Fecode ratificó su decisión alteradora; ya la CUT se quitó la capucha y evidenció su verdadera faz revolucionaria; ya los partidos de la izquierda radical mostraron su afán, y los otros partidos miran para otro lado pues mientras no les den mermelada no apoyan a Duque aunque el país se desbarate; y ya se han manifestado a favor grupos de incautos gancho ciego que creen que es moda y que no quieren leer lo de Chile. Así que, repetimos, la suerte está echada.

¡Qué bueno que las fuerzas del orden se hayan alistado para con decisión, firmeza, y mano dura repeler cualquier intento de saboteo y vandalismo! “Soldado avisado no muere en guerra”, y hay suficientes avisos para que la fuerza pública esté preparada para lo peor. Si bien Duque, como señal de firmeza, debió dejar al General Luis Fernando Navarro terminar el año en mindefensa porque el resultado de la revuelta es tan incierto como podría ser cierta la infiltración de malandros extranjeros, el gobierno no se va a dejar, y se muestra listo para responderle al país.

Ojalá resulte de veras una pacífica marcha, y ojalá esta noche no tengamos nada grave que lamentar. En Bogotá puede ocurrir lo que sea. Los paisas anuncian brigadas de protección al Metro y a otros sistemas de transporte, que pueden ser disuasivas. Y se espera que aquí en Barranquilla Álex haya blindado parques, Ventana al Mundo, Malecón y todas nuestras nuevas obras, para protegerlas de los vándalos, y que los malandros entiendan que por aquí no estamos para la vagancia y la marchadera por todo, sino para trabajar duro sin perder bacanidad.

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