¡Alerta!
No es coincidencia que las más firmes voces sean de aquí. Este país debería ser manejado por la gente del Caribe, y otro gallo cantaría.
Demasiada hipocresía ante tamaña situación. Basta de decir que la protesta es un derecho. Lo es, si es pacífica. Pero han sido perturbadoras, destructoras, inoportunas y aprovechadas por terroristas. No más convocar hipócritas negociaciones con los del tal “Comité” que nadie eligió, que se representan a sí mismos, y lo que quieren es el caos. No hablen con malandros, sino con los jóvenes estudiantes de verdad, certificados. Con los jóvenes que quieren de veras trabajar y progresar; con la gente realmente afectada por unos y por otros; con los emprendedores, y no con radicales ni con políticos. Ausculten angustias y anhelos, y solucionen en consecuencia. Pero que a la vez se sienta la autoridad y se vea la defensa de la propiedad y la vida del ciudadano.
Por ello, ovación para las firmes y certeras declaraciones del alcalde Pumarejo a raíz del intento de unos criminales de impedir el fútbol programado en el Romelio: En tres frases hizo una radiografía del estado de las cosas, y de lo que por ningún motivo debe permitirse. “No podemos poner al vandalismo por delante de la autoridad”, y añadió “el Estado no puede permitir que, poco a poco, nos arrebaten las libertades”; y acto seguido concluyó con lo que parece no haber entendido el Gobierno nacional: “Si cedemos ante la posibilidad de violencia, le entregamos la autoridad del Estado a unos pocos. Dejaríamos el uso del poder y la seguridad a esas fuerzas, diciéndole a la gente que no los podemos defender ni garantizar su seguridad”. Habemus alcalde.
Ovación también para el oportuno y tajante mensaje de la procuradora Margarita Cabello haciendo un llamado a alcaldes y gobernadores, conminándolos a hacerle frente a la amenaza con firmeza y contundencia: “No podemos dar el vergonzoso espectáculo de ver a mandatarios confundidos, inactivos, perplejos y aparentemente derrotados por la criminalidad”. Los instó a que cumplan su deber o renuncien. Además apoyando frontalmente a las Fuerzas Armadas y a la Policía, para que enfrenten a los terroristas. “La claudicación es entregarle nuestro país al caos, la violencia y la delincuencia”. Dura lex.
Se llama autoridad. Es que si esta se pierde, se perderían las libertades. Es lo que está ocurriendo en Cali, Popayán, Tunja y hasta en Medellín y Bogotá: La pérdida de la libertad, la insólita falta absoluta de autoridad que, Dios no lo quiera, puede derivar en que la gente también se organice para defenderse por sus propios medios.
No es coincidencia que las más firmes voces sean de aquí. Este país debería ser manejado por la gente del Caribe, y otro gallo cantaría. Así que los terroristas quedaron notificados. Pero también Pumarejo y Elsa. Y hasta la propia ciudadanía. Es que los criminales no querrán dejar las cosas así, que aquí estemos en relativa calma. Saben que somos muy distintos, y que para sus fines tendrán que traer de afuera a los mercenarios agitadores y destructores. Ya deben estar programando desmanes de todo tipo, y organizando vándalos y hasta indios caucanos. Así que hay que estar alerta.
rzabarainm@hotmail.com
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