Mal entendido
Cuando “una fuente” me llamó y me dio el nombre de otro candidato a la distinción anual del “Ñero más Ñero” y me informó que estaba circulando el nombre del arquitecto Consuegra de la Universidad Simón Bolívar, yo entendí que se trataba de Ignacio, el segundo e hijo del profesor Consuegra Higgins, ex director de Planeaciòn Nacional, rector que fue tanto de las Universidades del Atlántico, como de la Simón Bolívar que fundara con Doña Anita B. su cónyuge. Pero incurrì en un “lapsus”. El candidato en estudio es su hermano el doctor José Consuegra B., excongresista y actual rector de la USB, quien ha desarrollado, modernizado y acreditado el legado fundacional de sus padres, e igualmente tan meritorio como su hermano Ignacio, el anunciado acuarelista y arquitecto restaurador de casas patrimoniales. Presentamos excusas a los lectores por la confusión. La verdad es que ambos califican, cada cual con sus aporte a Barranquilla en sus respectivos campos de acción.
Regresaremos a las licencias previas
Cuando hace medio siglo se fundó Proexpo, el expresidente Lleras Restrepo recomendó: “A exportar pues”. La balanza de comercio exterior no era más deficitaria, porque el Banco de la República no tenía suficientes dólares para pagar importaciones nuevas . El café había bajado, los ingresos en moneda extranjera ídem y hubo que racionar las compras al exterior, aplicando las licencias previas desde el famoso Incomex. Llevamos varios años con déficit entre exportaciones versus importaciones y estas creciendo sin pausa. El crédito externo aún se mantiene abierto, pero ¿hasta cuando? Seguimos vendiendo al exterior las mismas cosas, aunque por mayores valores. La Apertura ha sido aprovechada para comprar más, pero la diversificación en nuestra oferta exportadora no se produce y las devaluaciones del peso favorecen concentradamente a los mismos renglones de siempre: café, petróleo, banano, flores, cemento, azúcar, carbón, aceite de palma y aguacate en este últmo tiempo. Desde Barraquilla ya se está contribuyendo con la ventanería de aluminio y vidrio de Tecnoglass, pero hay que desarrollar nuevos sectores.
Camaroneros y exportaciones
Cuando existía Unidal S.A. hasta barcos pesqueros camaroneros se exportaban. Un miembro de la familia presidencial Somoza de Nicaragua encargaba barcos y creó una valiosa flotilla. “made in Barranquilla”. Para Vikingos de Cartagena se fabricaban barcos pesqueros co financiados por Cofinorte y Proexpopesca parcialmente exportada .
El fantasma de la Casa Marino
En la prolongación de la Plaza de la Paz sigue en pie esa valiosa casa patrimonial, afortunadamente rescatada para la memoria urbana de Barranquilla por la Gobernación y sobreviviente de necesarias demoliciones. La familia de Domingo Marino la disfrutó por más de medio siglo. Originalmente fue construida por un arquitecto inglés quien la habitó solo pocos meses, pues su pequeña hija falleció por el “Cólico Missere” (mortal apendicitis de la época). El Inglés apesadumbrado, regresó con su país y antes la vendió a Domingo quien allí vivió hasta su muerte. El pediatra Atilio Marino también estableció en esa casa su consultorio. Un familiar relata que la difunta niña varias veces fue percibida algunas noches claras, correteando sonriente entre las columnas del corredor del patio central. ¿Atractivo turístico para quienes desearìan ver un fantasma inocente sin asustarse?
En el Diario del Caribe cuando comenzó en esa lugar a los periodistas trasnochadores como que no les salió.. Los Catinchi que también habitaron la residencia, quién sabe si saben algo sobre tales apariciones.